21/02/12
Está derrotado y resignado.
Javier Marías cumplió 60 en
septiembre pasado, pero lo suyo no
es un problema de edad. Todos los
años, su nombre suena para el Nobel,
tiene millones de lectores pero
ninguna esperanza para el futuro de
la lectura y de la lengua española. “Al
ritmo que vamos –asegura– dentro de
50 años los lectores tendrán
dificultades no ya para entender el
Quijote sino lo que escriben los
novelistas actuales”. Dentro de 50
años, lo más seguro es que Javier
Marías esté muerto, pero igual le
preocupa y está decidido a dar una
batalla estoica y desigual para
defender el idioma. “Creo que es una
batalla perdida la que todavía nos
empeñamos en librar unos pocos,
llamando la atención sobre los
disparates que se dicen”, asegura el
español en una entrevista telefónica
con la agencia Efe.
Tanta indignación coincide con la
publicación en España de su flamante
libro Lección pasada de moda
(Galaxia Gutenberg/Círculo de
Lectores) que reúne medio centenar
de artículos relacionados con el
idioma. Para Marías –autor de más de
una docena de novelas y miembro de
la Real Academia Española– el
problema no es sólo la (no) lectura
sino también “la marea de disparates”
que dicen los 450 millones de
hispanohablantes. “La lengua es una
especie de sopa boba en la cual la
gente chapotea. Todos los dichos,
frases y modismos se utilizan
indiscriminadamente”, dice Marías.
El abatimiento del escritor empeora
cuando recuerda lo mal que se
utilizan los dichos populares. El otro
día escuchó en un noticiero que un
ciclista “se conoce los Pirineos “como
anillo al dedo’ ”. “Será ‘ como la palma
de la mano ’”, contrapone.
En su batalla por el idioma, Marías
descubrió algunos enemigos íntimos.
La Real Academia Española, que
integra desde 2006, aceptó la
expresión “ hacer aguas ”, que “se
emplea ahora continuamente en
prensa y televisión para lo que es ‘
hacer agua ’”. Antes, –recuerda–
“hacer aguas menores sería hacer pis
y aguas mayores, hacer caca”. Por
eso, cuando en un partido de fútbol
dicen que “el Barcelona empezó a
hacer aguas a mitad de tiempo”, a
Marías le suena como “ si el equipo
entero se hubiera puesto a orinar
”. Messi, también. Para Marías,
“estupefacto” con la traición de la
Academia, tampoco hace aguas un
bote ni la relación de un matrimonio.
Para él, la televisión y los medios de
comunicación son los culpables de la
debacle lingüística. “La gente que
interviene en ellos cada vez habla
peor y se contamina todo. Se dicen
barbaridades”, agrega. Allí habitan
muchos de los militantes de la
corrección política que desaconsejan
emplear términos como “negro”.
“Normalmente quienes están tan
preocupados –señala– por ese tipo
de cosas son los verdaderos racistas”.
Si durante milenios las lenguas se
volvieron cada vez más precisas,
ahora transitamos el camino inverso.
“Da igual un término que otro, si al fin
y al cabo nos entendemos. Es cierto,
pero acabaremos haciéndolo como
los hombres de las cavernas”,
profetiza. El presente es más oscuro:
“es una batalla perdida”.
www.clarin.com/sociedad/anos-lectores-entender-escribe-hoy_0_650335031.html