9/2/12

La carta de carlota

Señor director:
Tengo 14 años y llevo un tiempo
pensando como ayudar a los países
del Tercer Mundo para que no tengan
que venir sus habitantes en pateras
arriesgando su vida y abandonando
sus familias. Ya sé como hacerlo. Es
sencillo y barato.
Se trataría de que cada Ayuntamiento
tutelara un pueblo de un país
subdesarrollado. Se crearía un
Departamento, con presupuesto
propio, para atender las necesidades
de los habitantes de un pequeño
pueblo (africano, pongamos por
caso) , a los que se les trataría como
vecinos del mismo Ayuntamiento .
Se les haría llegar el agua, se les
mandaría comida, se les darían
herramientas para cultivar, y animales
para crear una granja, tendrían
medicinas, escuela para los niños, y en
10 años ya serían autosuficientes ,
teniendo la infraestructura necesaria
para subsistir con dignidad.
Imaginaros : Un Ayuntamiento, un
pueblo; Diez Ayuntamientos, diez
pueblos. En España hay 8.000
Ayuntamientos. Imaginaros todos los
Ayuntamientos de todos los paises
desarrollados tutelando miles y miles
de pueblos de todo el Mundo .
En vez de dispersar la ayuda haciendo
que se diluya como un goteo
intermitente, concentremos nuestros
esfuerzos en un punto concreto. Que
cada uno ayude a su pueblo.
Apadrinemos un pueblo.
Me gustaría que el Alcalde de mi
ciudad fuera el primero del Mundo, y
que luego le siguieran el resto, pero
no me importaría que fuera el
segundo o el tercero, o el décimo si
otros se nos adelantan .
Es tan barato y tan sencillo que no
entiendo como no se le ha ocurrido a
nadie hasta ahora, o por qué no se
hace de una vez y para siempre.
Dice mi padre que la idea es muy
bonita, pero que no se hará porque
los pobres de África no votan en el
Ayuntamiento de mi ciudad, pero yo
creo que se equivoca. Cuando yo sea
mayor votaré al Alcalde que no solo
limpie las calles, si no también mi
conciencia.
Ya no tenemos disculpa.
Carlota Sánchez, 14 años.