28/2/12

Universos Paralelos.

No son sólo un producto de la ciencia
ficción: los otros universos son
consecuencia directa de las
observaciones cosmológicas.
Una de las muchas consecuencias de
las recientes observaciones
cosmológicas es que el concepto de los
universos paralelos no es una mera
metáfora. El espacio parece tener un
tamaño infinito. Si es así, entonces en
alguna parte allá afuera, cualquier cosa
posible se convierte en real, sin
importar cuán improbable sea. Más
allá del alcance de nuestros telescopios
hay otras regiones del espacio que son
idénticas a las nuestras. Esas regiones
son un tipo de universo paralelo. Los
científicos pueden incluso calcular qué
tan lejos están estos universos, en
promedio.
Y eso es física bastante sólida. Cuando
los cosmólogos consideran teorías que
están menos establecidas, concluyen
que otros universos pueden tener
propiedades y leyes de la física
totalmente distintas. La presencia de
tales universos explicaría varios
aspectos extraños del nuestro. Incluso
podría responder preguntas
fundamentales acerca de la naturaleza
del tiempo y del mundo físico.
¿Habrá una copia de usted leyendo
este artículo? ¿Alguien que no es usted,
pero vive en un planeta llamado Tierra,
con brumosas montañas, fértiles
campos y extensas ciudades, en un
sistema solar con ocho planetas más?
La vida de esa persona ha sido, en
todos aspectos, idéntica a la suya. Pero
quizá decida ya no leer este artículo,
mientras usted sigue leyendo.
La idea del alter ego es rara y poco
plausible. Pero vamos a tener que
aceptarla, pues las observaciones
astronómicas la apoyan. El modelo más
sencillo y popular predice que usted
tiene un gemelo en una galaxia
ubicada a 10 elevado a 10 eleveado a
28 metros de aquí. Es una distancia tan
enorme que excede la escala
astronómica, pero eso no le resta
realidad a su doppelgänger (o doble
fantasmagorico). La estimación se
deriva de la teoría elemental de las
probabilidades, y ni siquiera se basa en
la física especulativa moderna, que
sólo postula que el espacio es infinito
(o al menos suficientemente grande) y
que está, según las observaciones, casi
uniformemente poblado de materia. En
el espacio infinito tienen lugar incluso
los eventos más improbables. Hay
infinidad de planetas habitados, de los
cuales no uno, sino muchos contienen
personas con la misma apariencia,
nombre y recuerdos de usted, viviendo
todas las variantes posibles de las
elecciones de su vida.
Probablemente no verá jamás a sus
otros yoes. Lo más lejano que puede
usted observar está a la distancia que
la luz ha podido recorrer durante los
14.000 millones de años transcurridos
desde que comenzó la expansión del
Big Bang. Los objetos visibles más
distantes se encuentran hoy a unos 4 x
10 elevado a 26 metros de nosotros,
una distancia que define nuestro
universo observable, llamado también
volumen de Hubble o simplemente
nuestro universo. Los universos de sus
otros yoes son esferas del mismo
tamaño, centradas en sus planetas.
Son el ejemplo más sencillo de
universos paralelos, donde cada uno
es apenas una pequeña parte de un
“multiverso” más amplio.
Con esta definición del “Universo”
esperaríamos que la idea de multiverso
pertenezca eternamente al reino de la
metafísica. Pero la frontera entre la
física y la metafísica se define por la
posibilidad o imposibilidad de
comprobar experimentalmente una
teoría, no por el hecho de que algo
parezca inverosímil o implique
entidades no observables. Las
fronteras de la física se han ido
expandiendo para incorporar cada vez
más conceptos abstractos y otrora
metafísicos, como la redondez de la
Tierra, los invisibles campos
electromagnéticos, la ralentización del
tiempo a velocidades elevadas, las
superposiciones cuánticas, la curvatura
del espacio y los agujeros negros. En
los últimos años se agregó a esta lista
el concepto del multiverso. Está
cimentado en teorías bien
comprobadas, como la relatividad y la
mecánica cuántica, y cumple los dos
criterios básicos de una ciencia
empírica: se hacen predicciones con
base en él y es falsable. Los científicos
han descrito hasta cuatro tipos
diferentes de universos paralelos. La
pregunta no es si hay multiverso, sino
cuántos niveles tiene.
Articulo publicado por Max Tegmark en
Scientific American, mayo de 2003. Max
Tegmark es un cosmologo sueco-
estadounidense, profesor del MIT
(Instituto de Tecnologia de
Massachussets).
http://es.wikipedia.org/wiki/
Max_Tegmark