24/2/12

Danza de los angeles

Una de las más lamentables carencias
de información que han padecido los
hombres y mujeres de todas las
épocas se relaciona con el sexo de los
ángeles. El dato nunca confirmado de
que los ángeles no hacen el amor,
quizás signifique que no lo hacen de la
misma manera que los mortales. Otra
versión, tampoco confirmada, pero
más verosímil sugiere que, si bien los
ángeles no hacen el amor con sus
cuerpos por la mera razón que
carecen de erotismo lo celebran, en
cambio, con palabras, vale decir, con
las orejas. Así, cada vez que Angel y
Angela se encuentran en el cruce de
dos transparencias, empiezan por
mirarse, seducirse y sentarse mediante
el intercambio de miradas, que, por
supuesto, son angelicales. Y si Angel
para abrir el fuego dice "Semilla",
Angela para atizarlo responde "Surco".
El dice "Alud" y ella tiernamente
"Abismo". Las palabras se cruzan
vertiginosas como meteoritos o
acariciantes como copos, Angel dice
"Madero" y Angela "Caverna". Aletean
por ahí un ángel de la guarda
misógino y silente y un ángel de la
muerte viudo y tenebroso. Pero el par
amatorio no se interrumpe. Sigue
silabeando su amor. El dice
"Manantial" y ella " Cuenca". Las
sílabas se impregnan de rocío y aquí y
allá, entre cristales de nieve, circula en
el aire, sus expectativas. Angel dice
"Estoqueo" y Angela radiante, "Herida",
el dice "Tañido" y ella dice "Relato". Y
en el preciso instante del orgasmo
intraterreno, los cirros y los cúmulos,
los estratos y nimbos se estremecen,
entremolan, estallan y el amor de los
ángeles llueve copiosamente sobre el
mundo.
Mario Benedetti