27/2/12

Las Razas

Durante siglos se ha empleado el
concepto “raza” con unas claras
derivaciones peyorativas, pues desde
Europa, y posteriormente, desde
América, los científicos y pensadores,
han considerado que existían
diferentes razas en el ser humano (a
un nivel cuantitativo) con diferentes
capacidades y calidades (a un nivel
cualitativo).
Es decir, los europeos han gustado
durante siglos de tachar a los demás
grupos humanos, razas, como
inferiores a ellos.
Aunque también es cierto que ya en el
Antiguo Egipto, en el “Libro de las
puertas”, texto sagrado, se identifican
cuatro categorías convencionalmente
etiquetadas como "egipcios",
"asiáticos", "libios", y "nubios". En la
base de esta clasificación se mezclaban
características como el color de piel
con las identidades tribales o
nacionales. Así pues el empeño por
clasificar al ser humano en sus
distintas variedades viene de antiguo.
En la Antigua Grecia los pensadores
también intentaron explicar y
categorizas las diferencias biológicas,
obvias, entre los diferentes pueblos
que conocían. Pero por lo general, y al
igual que en Roma o China, se daba
mayor importancia a la familia, tribu o
clase social que a la apariencia física.
El cristianismo durante el Medievo
desarrollo un sistema curioso:
supuestamente todos descendemos de
Noé, y de sus tres hijos, Sem, Cam y
Jafet. La progenie de estos habría dado
lugar a la diversificación de los
pueblos, clasificados como semitas
(asiáticos), camitas (africanos), y
jafetitas (europeos).
Claro esta triple división no explicaba a
que familia pertenecían los autóctonos
americanos. Algún que otro listo trato
de explicar esta cuarta raza planteando
que era el linaje maldito de Cain… y
algunos de los conquistadores
plantearon que aquellos indios no
tenían alma. Aunque otros, como
Bartolomé de Las Casas, se opusieron
a estas teorías racistas, pues
consideraban que eran humanos como
nosotros.
En el siglo XVI comenzó a utilizarse
popularmente el término “Raza”, y esto
está en relación directa con el
colonialismo de entonces: a medida
que los europeos se hallaron frente a
frente con personas de diferentes
partes del mundo, comenzaron las
especulaciones sobre las diferencias
físicas, sociales y culturales entre los
grupos humanos. Muchos los diarios
de viaje de la época muestran y relatan
el encuentro con aquellos humanos
diferentes.
Por otro lado, en aquella época, se
desarrolló enormemente la trata de
esclavos africanos, y de alguno forma
se buscó justificar esta barbaridad
inhumana mediante categorizaciones
científicas de los grupos humanos,
desarrollando la idea de que eran
humanos inferiores o cuasi-humanos.
Es de justicia decir que el racismo no
sólo afectaba (y afecta) a los pueblos
colonizados, también afectaba a otros
pueblos, tanto aquellos que no fueron
colonias de metrópoli alguna como a
los habitantes de los mismos países
colonialistas.
La primera clasificación de los
humanos en distintas razas publicada
en tiempos modernos podría ser la
“Nouvelle division de la terre par les
différents espèces ou races qui
l'habitent” ("Nueva división de la Tierra
por las diferentes especies o razas que
la habitan") de François Bernier,
publicada en 1684, en donde concluía
que los nativos americanos, indios,
sudasiáticos y norteafricanos eran
razas con características físicas distintas
a otras. En ese sentido fue uno de los
primeros antropólogos, y aunque tiene
un fondo racista, hay que situarla en la
época y dejar claro que se trataba de
una aproximación científica primaria
sin pretensiones de exclusión.
En el siglo XVIII explotaron los
estudios al respecto. Por ejemplo, “The
Natural Varieties of Mankind”, una obra
de Johann Friedrich Blumenbach, de
1775, establece cinco divisiones de los
humanos (se basó en el análisis
craneométrico de individuos
pertenecientes a poblaciones diversas),
que durante décadas fueron
empleadas: caucásicos, mongoloides,
malayos, americanos y etíopes o
negroides. Estas divisiones estaban
relacionadas según este señor con
determinadas características tanto
físicas como psicológicas.
Por aquella época comienzan a surgir
otros planteamientos que definen las
razas como primordiales, naturales,
duraderas y distintas. Algunos grupos
pueden ser resultado de la mezcla
entre antiguas poblaciones distintas,
pero un estudio meticuloso puede
distinguir aquellas razas ancestrales
que se han combinado para producir
grupos mestizos…
En el XIX grandes científicos como
Darwin, Alfred Wallace, Francis Galton
o Louis Agassiz, estudiaron e
intentaron explicar el tema de las
razas. Darwin rompería todo el
esquema con su Teoría de la
Evolución, en la que demostraba que
todos procedemos de antepasados
comunes, por lo que las razas no son
algo que haga diferentes a los
humanos. Aun así, otros, plantearon
que hay una fuerte relación entre las
razas biológicas y otros fenómenos
humanos, como formas de actividad y
relaciones interpersonales y cultura, y
por extensión el relativo éxito material
de las culturas, de suerte que
biologizaron la noción de "raza".
Las razas se distinguieron, en aquella
época, por el color de piel, tipo de
rostro, perfil y tamaño craneal, textura
y color del pelo. Además, las razas
fueron casi consideradas
universalmente reflejo de las
diferencias del grupo en el carácter
moral e inteligencia.
La cosa se fue poniendo mas chunga a
finales del siglo XIX, cuando
determinadas teorías comenzaron a
sostener con fuerza la inferioridad
biológica de algunos grupos
específicos, apoyando sus propuestas
en diferencias físicas evidentes, pero
que, ni de lejos, denotaban esa
supuesta inferioridad. En la mayoría de
los casos demostraban prácticamente
lo contrario. Pero estas ideas racistas
fueron calando en las sociedades
europeas y, especialmente en las
americanas, formando autenticas
campañas de opresión que a menudo
recurrían al discurso científico que
sostenía la supuesta inferioridad para
legitimar actos inhumanos contra
otros, como el genocidio o el etnicidio.
Así, en Europa, se recurre al discurso
racista científico, basado en las razas
jerarquizadas, para justificar la
superioridad de los propios europeos,
o de algunas de sus etnias (germanos,
anglosajones) sobre el resto de los
seres humanos, así como la necesidad
de que éstos fueran gobernados por
aquellos. Lo mismo pasó en Estados
Unidos para imponer el dominio
anglosajón tanto antes los autóctonos
como hacia los esclavos africanos, en
Japon para colonizar Corea, en
Australia para impedir la inmigración
asiática y en América Latina para anular
a la población autóctona.
El punto culminante lo protagonizaría
la Alemania nazi con el brutal
holocausto. Y un tiempo después el
Apartheid en Sudáfrica.
Ya en el siglo XX el discurso científico
comienza a cambiar. Los
neodarwinistas desarrollan un nuevo
modelo de raza como subespecie, un
grupo reconocible que forma parte de
una especie. Pero rechazan la idea de
diferencias cualitativas entre las razas.
Por otro lado los antropólogos, a
principios de siglo, comenzaron a
criticar la validez del concepto de
“raza” como científico, pues la realidad
demostraba que grupos de la misma
raza, supuesta, tenían enormes
diferencias lingüísticas, culturales y
sociales, dejando claro que no había
una relación directa entre raza y
cultura.
Además surge una idea interesante: los
tipos raciales típicos ignoraban la gran
cantidad de similitudes entre los
humanos, centrándose en
determinados marcadores como la
textura del pelo o el color de la piel.
Encima, estos factores, no eran
homogéneos en casi ninguna
población, por lo que era muy
arriesgado hablar de razas en al
antiguo sentido del término.
Finalmente, el genetista Richard
Lewontin, al observar que el 85 por
ciento de las variaciones humanas
ocurren dentro de la población, y no
entre las poblaciones, argumentó que
ni "raza" ni "subespecie" eran formas
apropiadas o útiles de describir las
poblaciones.
Junto con los problemas empíricos y
conceptuales de la "raza", los
científicos sociales fueron sumamente
conscientes de la forma en que las
creencias sobre las razas habían
servido para "legitimar" la
discriminación, el apartheid, la
esclavitud, y el genocidio. Esta cuestión
se volvió central en los años 1960,
época del Movimiento por los
Derechos Civiles en Estados Unidos y la
aparición del anticolonialismo.
De ahí que algunos científicos
abandonaron el concepto de raza en
favor de población. Lo que distingue
población de las agrupaciones previas
de humanos por raza es que la
primera se refiere a una población que
se reproduce y no a un taxón
biológico.
Como corolario del rechazo de raza en
el campo de las ciencias biológicas,
varios científicos sociales han
reemplazado el término por etnia, para
referirse a los grupos propiamente
identificados basados en las creencias
compartidas como la religión, la
nacionalidad, el territorio y otras
categorías no necesariamente
biológicas como la lengua y las
costumbres.
Mas info y fuentes: aquí: http://
es.wikipedia.org/wiki/Raza_
%28clasificaci
%C3%B3n_de_los_seres_humanos
%29 ,