Con el aumento del desarrollo de la
electrónica de consumo, las pilas se
han ido multiplicado, en los últimos
años, en el seno de cada hogar. En
general, una vez que las pilas se
agotan y ya no sirven, son tiradas en
cualquier parte. Esto representa una
verdadera amenaza para el medio
ambiente cuando, en lugar de tirarlas,
pueden servir y ser utilizadas
nuevamente si se les efectúa el
reciclaje apropiado.
Se estima que si el 87% de la población
se dedicaran a reciclar pilas, se podría
obtener la recuperación efectiva de
más una tercera parte. En cuanto a las
baterías, podríamos poner por ejemplo
las baterías de plomo que se halla en
los vehículos. En este caso, la tasa de
recuperación mediante al reciclaje
podría ser del 105%, una cantidad de
unidades recuperadas ligeramente
superior a las que salen a la
circulación cada año.
La Unión Europea, en una directiva de
2006, quiso dar un impulso para la
recuperación y el reciclaje de pilas y
baterías. La UE se ha fijado una meta
para el 2016: obtener un 45% de
materiales recuperados. Este parece un
proyecto ambicioso y, sin embargo, no
lo es. Simplemente, se basa en la
participación de todos los ciudadanos,
de las empresas, de las industrias y de
los gobiernos.
Extraído del Blog Verde.