27/2/12

El matriarcado

Zha Shi, aldeano de una familia mosu
que ha vivido por generaciones en la
región del lago Lugu, tierra natal de la
única sociedad matriarcal existente en
China, comenta sobre los cambios que
ha sufrido su pueblo en los últimos
tiempos que “el turismo nos enriquece
la vida, pero al mismo tiempo nos trae
otras cosas que nos hace sentirnos
perplejos y afligidos. En algunos de
nosotros ha surgido el egoísmo, la
persecución de la fama y el beneficio, y
los jóvenes tienen cada vez más la idea
de repartir los recursos familiares y vivir
aparte”.
El lago Lugu, ubicado en la confluencia
de las provincias sudoccidentales de
Yunnan y Sichuan, es una zona de
paisajes y lugares históricos de gran
fama nacional, conocido como el
“último reino de la sociedad matriarcal
de la humanidad”. Los mosuos, que
han habitado generación tras
generación a la orilla de este lago
durante los últimos 1500 años, son
uno de los pocos pueblos conocidos
que conservan hoy en día rasgos
típicos de una sociedad matriarcal. Son
una rama de la etnia naxi que cuenta
con una población de más de 30 mil
personas. Los miembros de esta
comunidad tienen como lazo principal
de parentesco la sangre de la madre, y
el matrimonio es inexistente, sino que
tienen un sistema en el cual la mujer
conserva a los hijos y el hombre, que
vive con su propia madre, la visita en
su hogar.
En los últimos años, los atractivos
turísticos del lago Lugu se han
incrementado sin cesar. Las
estadísticas revelan que en 2008, la
ciudad de Lijiang recibió 6,25 millones
de turistas nacionales y extranjeros,
con unos ingresos derivados del
turismo de 6.900 millones de yuanes. A
pesar de que esto ha aumentado la
riqueza de la región, el turismo ha
erosionado también gravemente los
principios y costumbres de la cultura
de los mosuos.
Con el fin de proteger esta cultura
única, las autoridades locales han
iniciado la construcción de un “reino
de las mujeres” dotado con 3.600
millones de yuanes, que toma como
núcleo la cultura de la sociedad
matriarcal y el lago Lugu, con el
propósito de minimizar la influencia
foránea que trae el turismo a la región.
Según el plan, el “reino de las
mujeres”, situado en el centro de la
zona de paisajes del lago Lugu, dista
sólo 1,5 kilómetros de la costa y cubre
una superficie de 450 hectáreas. El
proyecto, de tres fases, se terminará en
cinco años y formará una zona
ecológica y cultural que permitirá un
tipo de turismo no agresivo con los
valores culturales de la etnia y con el
entorno natural, siendo capaz de
recibir un total de 5.000 personas al
día.
“El reino de las mujeres” tiene también
la ventaja de que proporcionará
trabajo a los lugareños y aliviará la
presión de la contaminación de las
aguas del lago por parte del turismo,
comentó Zhang Jun, responsable del
proyecto. Según él, bajo la influencia
de la cultura foránea, algunos mosuos
empiezan a reconsiderar su propia
cultura, y el modo de producción y de
vida ha pasado de estar basado en la
labranza de la tierra y la pesca a tener
como componente esencial el turismo,
modificándose tanto la distribución del
trabajo como la vida de las familias. Las
ancianas, que ostentaban el poder en
la tribu, están siendo reemplazadas
por jóvenes varones que saben hablar
el chino y tienen más posibilidades de
comunicarse con el exterior.
Durante un tiempo, un 90 por ciento
de los hoteles caseros de la aldea fue
adquirido por comerciantes foráneos
con la intención de hacer negocio.
Esto, sin embargo, separó a los turistas
del conocimiento de las costumbres de
la etnia mosuo, propiciando la
invasión de otros valores sociales e
incluso ha conducido a los jóvenes a
considerar la cultura de mosuo como
algo inferior.
Zhang Wenyin, subdirector del
Departamento de Comunicación de la
Municipalidad de Lijiang, dijo: “El
proyecto del “reino de las mujeres”
constituye una buena forma de
resolver el difícil problema de conjugar
conservación y desarrollo. Ello
depende de si los servicios turísticos
ofrecidos pueden o no demostrar de
manera clara el concepto de libertad,
amor, responsabilidad, armonía y
felicidad reflejados en la cultura de la
sociedad matriarcal. Es necesario que
en la mente del turista estén presentes
de forma clara las características
propias del lago Lugu, y que aprenda a
respetarlas. Esto contribuirá también a
elevar la imagen del “reino de las
mujeres” como recurso esencial del
turismo del lago Lugu, imposible de
construir en otro lugar.
El lago Lugu se convirtió en 1994 en
una zona turística de categoría
provincial, pero sin embargo, debido a
diversos motivos, el desarrollo del
turismo en la zona fue por un tiempo
muy desordenado, lo que perjudicó los
recursos ambientales y la conservación
de la cultura local. En octubre de 2004,
el gobierno provincial de Yunnan
convocó una reunión de trabajo sobre
protección medioambiental del área en
cuestión e invirtió más de 80 millones
de yuanes en el saneamiento del lago
Lugu.
Extraído de http://
spanish.china.org.cn/travel/
txt/2009-07/23/content_18189341.htm