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13/8/14

LA GUERRA DE ULTRAMAR

Guerra Colonial Portuguesa La Guerra de Ultramar, también conocida como la Guerra Colonial, fue un enfrentamiento entre las fuerzas militares de Portugal y sus colonias organizadas en Guinea, Angola y Mozambique. Esta guerra tuvo lugar, ya en 1945, cuando la ONU fue creada, y quedó determinado que las colonias debían independizarse.
Portugal se resistía a aceptar la independencia de sus colonias. Las colonias, que a su vez querían la libertad y la independencia, formaron un movimiento para lograr esta autonomía. El 4 de febrero de 1961, Angola inició los movimientos de los reclamos de una serie de ataques en Luanda. En enero de 1963, fue el turno de los movimientos de Guinea, que comenzó una especie de guerra de guerrillas, atacando un cuartel del ejército. El 24 de septiembre de 1964, Mozambique comenzó sus ataques en un puesto administrativo llamado Chai. Portugal, en el aprendizaje de los hechos, envió a unos 900.000 soldados a África para ayudar a las tropas allí existentes. La guerra duró trece años y ha causado graves consecuencias para el país como el aislamiento de otros países, la crisis económica, la caída del nuevo estado, más de diez mil soldados muertos y otros muchos soldados amputados. La Guerra de Ultramar terminó el 25 de abril de 1974, cuando Portugal sufrió un golpe de Estado militar de izquierda planeado por algunos oficiales portugueses que extorsionaron y obligaron al gobierno a otorgar las independencias coloniales.

Fuente original:
http://www.escuelapedia.com/guerra-colonial-portuguesa/ | Escuelapedia - Recursos educativos

16/5/14

EMPEDRADO PORTUGUES

El empedrado portugués es un tipo
particular de revestimiento de suelo
utilizado sobre todo en la
pavimentación de aceras y espacios
públicos en general. Este tipo de
construcción es de uso frecuente en
países de habla portuguesa.
El empedrado portugués es el
resultado de la pavimentación con
piedras de forma irregular,
generalmente de piedra caliza o
basalto, que se pueden utilizar para
formar patrones decorativos mediante
el contraste entre las piedras de
diferentes colores. Los colores más
tradicionales son el blanco y el negro,
aunque también son populares el
marrón y el rojo. En algunas regiones
brasileñas, sin embargo, se pueden
encontrar piedras en azul y verde. En
Portugal, los trabajadores cualificados
en la colocación de este tipo se
llaman mestres calceteiros.
Este adoquinado, como su nombre
indica, es originario de Portugal,
después de haber surgido a mediados
de siglo XIX. Es ampliamente
utilizado en la pavimentación de
zonas peatonales, parques, plazas,
patios, etc. En Brasil, este fue uno de
los materiales más populares usados
para paisajismo del siglo XX debido a
su flexibilidad de montaje y de
composición plástica. Su aplicación se
puede observar en proyectos como la
acera de la playa de Copacabana
(una obra de Roberto Burle Marx) o
espacios en la antigua Avenida
Central, ambos en Río de Janeiro.
Se dice que el motivo de que gran
número de calles portuguesas tengan
en sus aceras esos adoquines,
proviene del terrible terremoto que
sufrió la capital lusa en el año 1755.
Dicho seísmo se produjo a las 10
horas y 16 minutos de la mañana del
día de ‘Todos los santos’ y tuvo una
magnitud entre 8,5 y 9,5 grados en la
escala de Richter. El terremoto fue
seguido por un maremoto y un
devastador incendio que afectó a
Lisboa casi en su totalidad y afectó a
gran parte de la península ibérica.
Había que levantar de nuevo, casi por
completo, la capital y un gran número
de poblaciones portuguesas, por lo
que, el Primer ministro del rey José I,
Sebastiao José de Carvalho e Mello
(Marqués de Pombal) tomó el mando
de la reconstrucción de la ciudad y
diseñó una urbe hecha a su gusto y
antojo.
Para abaratar costes y aprovechar
recursos, el Marqués de Pombal
mandó reutilizar los muros y piedras
de los escombros de las
construcciones venidas abajo tras la
catástrofe y convertirlos en adoquines
para asfaltar las aceras de las calles.
De ahí partió la base para el
mundialmente conocido como
“empedrado portugués” y que tanto
se popularizó a partir de mediados
del siglo XIX.
En Argentina, hay muchas calles
cubiertas de antiguos empedrados de
adoquines ¿Por qué?
Resulta ser que los adoquines venían
en los barcos cerealeros para
contener la carga necesaria para la
correcta navegación. Los adoquines
quedaban en el puerto de Buenos
Aires para darle lugar al cereal.
Haciendo calles y veredas los hemos
aprovechado.
Actualmente quedan pocas…casi
todas, salvo las arterias de los centros
históricos de cada ciudad, han sido
cubiertas con pavimento.
Fuentes: Wikipedia.

1/1/14

EL PALACIO DA PENA

Sobre una colina, a 500 metros de
altura, y a unos 4 km. de la preciosa
localidad de Sintra, un singular
palacio se eleva como una visión de
ensueño: es el Palacio da Pena, el
más notable ejemplo de arquitectura
de estilo romántico de Portugal,
rodeado de un exuberante parque de
más de 200 ha. donde se mezclan
cientos de especies locales y exóticas.
El Palacio da Pena, o "palacio de la
peña", por su situación en lo alto de
la colina, fue la realización del sueño
de Fernando de Sajonia Coburgo-
Gotha, príncipe alemán que contrajo
enlace con la reina María II,
convirtiéndose entonces en rey
consorte de Portugal. Conocido como
el "rey artista", era un gran amante
de las artes y la naturaleza. Desde
que vio por primera vez la Sierra de
Sintra, al igual que tantos otros
nobles y artistas Fernando se
enamoró del paisaje y decidió
adquirir los terrenos de la colina y
circundantes para construir allí el
más bello palacio, al estilo de los
palacios de Baviera. Las posesiones
adquiridas incluían las ruinas del
Castillo de los Moros, de cuya
restauración también se ocupó.
Antiguamente, había sido erigida en
la colina una capilla dedicada a
Nossa Senhora da Pena y
posteriormente se añadió un
pequeño monasterio jerónimo, que el
terremoto de 1755 redujo a ruinas;
sólo perduraron la capilla y los
claustros, que el rey integró en el
proyecto.
Para el diseño, Fernando contrató al
arquitecto alemán Wilhelm Ludwig
von Eschwege y entre los años 1842 y
1854 los trabajos avanzaron
rápidamente, aunque la totalidad de
las obras, incluyendo el parque, se
prolongaron 47 años.
El matrimonio real se ocupó
personalmente de los detalles
decorativos, donde abunda el uso del
estilo manuelino, los elementos
medievales y árabes. Importantes
puertas, azulejos por doquier, figuras
mitológicas cargadas de simbología,
galerías de arcos y la utilización del
rosa y el amarillo dieron forma a un
verdadero palacio de cuento de
hadas que los reyes utilizaron como
residencia de verano.
La reina María falleció en 1853 y en
1869 el rey contrajo enlace con quien
fuera su amante, Elise Hensler, una
cantante de ópera nombrada condesa
de Edla, que por aquellos tiempos
cantaba en el Teatro San Carlos, en el
Chiado. Ella heredó el palacio al
morir el rey en 1885, lo que levantó
grandes controversias en la opinión
pública. Finalmente el rey Luis
adquirió el palacio y la condesa
conservó para sí el Chale da
Condessa, una residencia en el
parque del palacio que Fernando II
había construido para ella.
La familia real utilizó el palacio hasta
1910; cuando estalló la revolución, la
reina Doña Amelia permaneció allí
para ver cómo se desarrollaban los
acontecimientos, antes de partir al
exilio. Desde entonces fue
denominado Palacio Nacional da Pena
y convertido en museo. De visita en
Portugal en 1945, la reina Amelia
visitó Sintra y pidió estar un
momento a solas en el que fuera su
palacio favorito.