10/2/12

Titulos y contenido

En mi propia actividad
profesional he abordado una
gran variedad de campos del
saber. He trabajado en
lingüística matemática , por
ejemplo, sin tener ninguna
credencial profesional en
matemáticas ; soy
completamente autodidacta ,
y no demasiado bueno , en
esta materia. Pero a menudo
las universidades me han
invitado a hablar de
lingüística matemática en
seminarios y coloquios de
ciencias exactas. Nunca nadie
me ha preguntado si tenía
las credenciales adecuadas
para disertar sobre estos
temas: los matemáticos
prescinden completamente
de ello y lo que realmente les
importa es lo que les voy a
decir . Nunca nadie ha
discutido mi derecho a
hablar preguntándome si
tenía un doctorado en
matemáticas o si había
realizado cursos avanzados
en esa materia. Ni siquiera se
les pasó por la cabeza esa
idea. Querían saber si tenía
razón o estaba equivocado ,
si el tema era o no
interesante y si era posible
plantear los problemas de
otra manera mejor -la
discusión se basaba siempre
en el tema , no en mi derecho
a tratarlo .
Por el contrario , en los
debates relativos a
cuestiones sociales o de la
política exterior
norteamericana , Vietnam u
Oriente Medio, el asunto se
plantea continuamente , a
menudo de modo muy
agresivo . Es habitual que se
objeten mis credenciales y se
pregunte qué formación
especializada poseo para
poder hablar de estas cosas.
Se supone que gente como
yo, considerados como
profanos desde un punto de
vista profesional, no están
capacitados para hacerlo.
Comparemos las
matemáticas y las ciencias
políticas: es sorprendente. En
ciencias exactas y en física, el
auditorio se preocupa de lo
que dices, no de tus
diplomas . Pero para hablar
de la realidad social,
necesitas certificados,
especialmente si te sales de
los modos de pensar
establecidos . Hablando en
general, parece que se
puede decir que, cuanto más
rico es el contenido
intelectual de una disciplina,
menos preocupan los títulos
y más el contenido.
Noam Chomsky, Language and
Responsability ( 1979) .