19/3/12

SABIDURIA LAKOTA. La importancia del silencio

Nosotros los indios sabemos del
silencio. No le tenemos miedo.
De hecho, para nosotros es más
poderoso que las palabras.
Nuestros ancianos fueron educados
en las maneras del silencio,
y ellos nos transmitieron ese
conocimiento a nosotros.
Observa, escucha, y luego actúa, nos
decían.
Ésa es la manera de vivir.
Observa a los animales para ver cómo
cuidan a sus crías.
Observa a los ancianos para ver cómo
se comportan.
Observa al hombre blanco para ver
qué quiere.
Siempre observa primero, con corazón
y mente quietos,
y entonces aprenderás. Cuando hayas
observado lo suficiente,
entonces podrás actuar.
Con ustedes es lo contrario. Ustedes
aprenden hablando.
Premian a los niños que hablan más en
la escuela.
En sus fiestas todos tratan de hablar.
En el trabajo siempre están teniendo
reuniones en las que todos
interrumpen a todos, y todos hablan
cinco, diez o cien veces.
Y le llaman “resolver un problema”.
Cuando están en una habitación y hay
silencio, se ponen nerviosos.
Tienen que llenar el espacio con
sonidos.
Así que hablan impulsivamente,
incluso antes de saber lo que van a
decir.
A la gente blanca le gusta discutir.
Ni siquiera permiten que el otro
termine una frase.
Siempre interrumpen. Para los indios
esto es muy irrespetuoso
e incluso muy estúpido. Si tú
comienzas a hablar,
yo no voy a interrumpirte. Te
escucharé.
Quizás deje de escucharte si no me
gusta lo que estás diciendo.
Pero no voy a interrumpirte. Cuando
termines,
tomaré mi decisión sobre lo que dijiste,
pero no te diré si no estoy de acuerdo,
a menos que sea importante. De lo
contrario,
simplemente me quedaré callado y me
alejaré.
Me has dicho lo que necesito saber.
No hay nada más que decir.
Pero eso no es suficiente para la
mayoría de la gente blanca.
La gente debería pensar en sus
palabras como si fuesen semillas.
Deberían plantarlas, y luego permitirles
crecer en silencio.
Nuestros ancianos nos enseñaron que
la tierra siempre
nos está hablando, pero que debemos
guardar silencio para escucharla.
Existen muchas voces además de las
nuestras. Muchas voces.
FRAGMENTO de“Ni lobo ni perro. Por
senderos olvidados con un anciano
indio” de Kent .