11/3/12

La primera emperatriz de Roma

Livia Drusila Augusta, (57 a. C.- 29 d.C.)

Tras su matrimonio con Augusto, Livia
Drusila se convirtió en un modelo de
matrona romana, al tiempo que ejercía
desde la sombra una poderosa
influencia política con el fin de lograr
su principal objetivo: convertir a su hijo
Tiberio en el sucesor de su marido en
el trono imperial.
Tercera esposa de Augusto. Hija de
Marco Livio Druso Claudiano, muerto
en la batalla de Filipos.
Se casó en primeras nupcias con
Tiberio Claudio Nerón, a quien dio dos
hijos: Tiberio Claudio Nerón, futuro
emperador, y Druso, gran general. Fue
abuela de Germánico y Claudio,
bisabuela de Calígula y Agripina la
Menor y tatarabuela de Nerón.
Fue deificada por Claudio y recibió el
título de Augusta, (Tiberio se negó a
hacerlo y a ejecutar su testamento),
tarea que fue llevada a cabo por
Calígula.
En el 42 a. C., su padre la casó con
Tiberio Claudio Nerón, su primo, de
condición patricia, que luchaba con él
en el lado de los asesinos de Julio
César contra Octavio. Su padre se
suicidó en la batalla de Filipos, junto
con Cayo Casio Longino y Marco Junio
Bruto, y su marido a continuación
siguió luchando contra Octavio, ahora
en nombre de Marco Antonio y de su
hermano. En 40 a. C., la familia se vio
obligada a huir de Italia con el fin de
evitar las proscripciones octavianas, y
se unió con Sexto Pompeyo en Sicilia,
después de pasar a Grecia.
Escandalizó a Roma con su adulterio
con Augusto y, tras casarse con
Autusto Livia se convirtió en modelo de
virtud conyugal, al tiempo que ejercía
todo su espíritu de intriga para
garantizar la sucesión de su hijo,
Tiberio. Los historiadores romanos y
griegos han dejado importantes
testimonios sobre su figura, pero es
difícil reconocer en ellos la imagen de
una persona real. Los historiadores
antiguos se regían por una
intencionalidad política: criticar un
régimen, el Principado, en el que las
mujeres, por primera vez en la historia
romana, se permitían opinar,
maniobrar e influir en la política, hasta
entonces coto privado de los hombres.
Livia fue la mujer más importante en la
etapa inicial del Imperio romano, y
constituyó el único antepasado común
de todos los emperadores Julio-
Claudios. Cuando murieron los
herederos de Augusto, Livia, su
segunda esposa, propuso a sus dos
hijos varones, habidos de un primer
matrimonio, y en particular de Tiberio.
Todos sus esfuerzos se dirigieron a
asegurarse de que Augusto lo
adoptaba primero como hijo y lo
reconocía más tarde como su sucesor
en el trono. Ello le valió a Livia una
fama de mujer intrigante y hasta
criminal, que no hace entera justicia al
relevante papel que desempeñó en la
historia de Roma.
El matrimonio de Livia con Octavio,
llamado Augusto ya desde el año 27
a.C., fue más que feliz. Con él discutía
asuntos de Estado, además, Livia
manejaba los hilos de la política
familiar de la dinastía, concertando
matrimonio o divorcios. A sus órdenes,
además, se debieron algunas
ejecuciones y asesinatos que sirvieron
para despejar del camino a los Julios y
los Claudios, e imponiendo a su
favorito en la sucesión: su hijo Tiberio.
Pero no todo en Livia fue negativo:
nunca abandonaba a sus familiares y
amigos caídos en desgracia, y extendió
sus redes de conocidos, parientes,
amigos y clientes por todo el territorio
del Imperio romano en Europa, Asia y
África.
La obra maestra de Livia fue la
sucesión de Augusto en la persona de
su hijo mayor, Tiberio. Sin embargo, el
matrimonio entre Julia y Tiberio no
llegó a funcionar. Aún así, en el año 7
d.C., Tiberio fue adoptado como hijo y
sucesor por el anciano Augusto. En el
testamento de su marido, Livia pasaba
a ser adoptada por Augusto como hija,
recibiendo el nombre de Julia Augusta.
Tiberio no soportaba a su madre, y se
retiró a la isla de Capri. Por su parte,
Livia murió en el año 29 d.C., a los 86
años de edad. Livia fue venerada como
diosa, sobre todo en las provincias
asiáticas y en Egipto, al menos hasta
finales del siglo II, según la
arqueología.
Durante su tiempo, Livia gozó de la
popularidad del pueblo romano. Para
ser más que la "mujer bonita", como se
describe en los textos antiguos, Livia se
sirve de la imagen pública de la
idealización de las cualidades
femeninas romanas, una figura
maternal, y, finalmente, una diosa
como la representación que alude a su
virtud. Livia, que simboliza el poder en
la renovación de la República con las
mujeres y virtudes que muestra en
público, tuvo un efecto espectacular en
la representación visual del futuro
imperial de la mujer como ideal de
honorables madre y esposa romana,
aunque después ha sido sospechosa
del envenenamiento de muchos de
estos personajes, entre ellos del de su
hijastra Julia.
"Se escuchó el rumor de que cuando
Marcelo, sobrino de Augusto, murió en
el 23 a. C., no fue por muerte natural,
y que detrás de esto se encontraba
Livia" (Dión Casio) 55.33.4). Uno por
uno, todos los hijos de Julia y Marco
Vipsanio Agripa habían muerto
prematuramente: en primer lugar y, a
continuación, Lucio y Cayo, a quienes
Augusto había adoptado como hijos,
con la intención que fueran sus
sucesores. Por último Póstumo Agripa,
el menor, a quien Octavio había
adoptado como hijo, también fue
encarcelado por conspiración y
finalmente muerto. Tácito y Dión Casio
mencionan en sus obras estos
rumores, pero Suetonio no hace
mención de los mismos, ni hay
pruebas suficientes para darlos por
válidos.
Imagen: Livia Drusila Augusta, la
primera emperatriz de Roma (57 a. C.-
29 d.C.)