14/3/12

Akira Yoshizawa

Según una tradición japonesa, quien
hace 1000 grullas de papel, puede
pedir un deseo con la seguridad de
que se le concede.

El arte del origami es muchas veces
desechado y a veces incluso
despreciado por muchos como
juego de niños, por pensar que son
los más pequeños quienes más
disfrutan de esto. Dicho así, el
origami no sería más que una
manualidad más, como jugar con
plastilina o hacer collage. Pero el
origami es mucho más; es un
verdadero arte como tanto que nos
ha dado la tierra del Sol Naciente.
No hay forma que el origami no ha
reproducido en algún momento, ya
sea de forma representativa o
abstracta. Tomando como ejemplo
la rana saltarina, ella en realidad
sólo sugiere una rana; es posible
hacer una rana con dedos, ojos y
boca, puramente doblando, sin
cortar ni pegar y usando un solo
papel. Dragones de tres cabezas, un
hombre a caballo, un baterista, una
mariposa con sus cuatro alas, dos
antenas y seis patas... todos pueden
salir de un solo papel, usando sólo
dobleces. El mundo del origami es
tan vasto como la propia
imaginación del doblador.
La gran parte de lo que se sabe hoy
en día del origami se le debe a un
extraordinario hombre que dedicó
cincuenta años de su vida al estudio
de este noble arte. Su nombre era
Akira Yoshizawa, quien fue al
encuentro con Buda el 14 de marzo
de este año, el día que cumplió 94
años. Era un hombre bajito, pero
estaba lleno de un espíritu humano
gigantesco, una sensibilidad
incomparable y un talento increíble
para hacer que un papel comenzara
a respirar sólo con unos pocos
dobleces. Este talento fue utilizado
para crear al menos 70.000 figuras
originales, de las que sólo unas
pocas centenas están diagramadas
en algunos libros.
Últimamente está de moda en
origami doblar usando papel de
aluminio para mantener su forma y
lograr verdaderas puntas y mayor
realismo. Yoshizawa despreciaba el
uso de aluminio. Él buscaba que sus
modelos fueran absolutamente
naturales, y por ello desarrolló la
técnica de plegado al húmedo, lo
que le permitía moldear sus
modelos y darles permanencia. Pero
no importa cuánta atención le
dedicares a un modelo, el tiempo o
los accidentes invariablemente le
afectarían. Por eso, Yoshizawa
desarrolló (ligeramente modificado
por otro insigne origamista, Samuel
Randlett, en los '60) un conjunto de
símbolos y métodos de
diagramación para que un modelo
pudiese ser doblado y doblado una
y otra vez, dejando un legado
permanente de su talento.
Pero más que grandes técnicas,
Akira Yoshizawa nos deja con la
esperanza de que el origami es una
forma de paz espiritual, que
aceptemos que al doblar estamos
creando vida, que no hay otra forma
que nos podamos acercar más a
Dios. Que el maestro descanse en
paz, y como alguien me dijo una vez,
gracias a Dios por haberlo tenido.
"Estoy convencido que el origami
es el secreto para la paz mundial,
porque cuando usamos nuestras
manos para doblar no estamos
pensando en la destrucción."
Akira Yoshizawa

La foto es un paso a paso para hacer una grulla.. En caso de que alguno quiera pedir un deseo