“Si dos personas viven en un
apartamento y hay dos cuartos de
baño, entonces los dos tienen libertad
para usar el cuarto de baño cuantas
veces quieran y pueden estar en el
cuarto de baño todo el tiempo que
deseen y para lo que deseen usarlo. Y
todo el mundo cree en el derecho a
cuarto de baño y en la libertad a
usarlo cuando le apetezca, nadie está
en contra de eso, todos creemos que
debería estar hasta en la Constitución.
Pero si hay veintidós personas en el
apartamento y solamente dos cuartos
de baño, no importa cuánto crea la
gente en la libertad y el derecho a
cuarto de baño, porque tales cosas no
existen. Entonces hay que establecer
turno para cada persona para usar el
baño, se tienen que establecer normas
como que no puedes usarlo para
cortarte las uñas, solo para
necesidades y ducharte, lo que tendrás
que hacer en poco tiempo… tienes que
golpear la puerta para entrar… “¿Aún
no estás listo?”… y así.
De la misma manera la democracia no
sobrevive cuando hay superpoblación.
La dignidad humana no puede
sobrevivir a ello. La comodidad y la
decencia no pueden sobrevivir a ello. A
medida que crece la población
planetaria el valor de una vida no
solamente declina, sino que al final
desaparece. Ya no importa si alguien
muere. Cuanta más gente hay, menos
importa cada individuo.”
Asimov.