Apello: Llamar, dar un nombre
Desde que el hombre comenzó a vivir
en sociedad, sintió la necesidad de
encontrar un sonido que le
distinguiese e individualizara del resto
de la tríbu, este sonído sería su seña
de identidad y el origen del NOMBRE.
Al hacerse común, este nombre, a
varios individuos diferentes, surgió la
opción de acompañarlo con un
añadido complementario, ya indicando
un lugar de procedencia o una
característica personal. Había nacido el
APELLIDO.
El origen del apellido seguramente
habría que buscarlo en la Roma
antigua, donde cada individuo tenía un
"Praenomen"o nombre propio
(Marco,Aurelio...) que distinguía a cada
miembro del resto de la familia ,
despues el "Nomen Gentilicium"o
linaje (la"gens"Cornelia, Julia...) y por
último el "Cognomen", para diferenciar
las diferentes ramas de
la"gens" (Cornelios Balbos,Cornelios
Escipión...).
Con la desaparición del Imperio
Romano los apellidos siguen, en cierto
modo, la costumbre romana, utilizando
el genitivo del nombre paterno
(Rodericus Didaci), genitivo que, con el
paso del tiempo, -estamos en el s. X-,
se convierten un sufijo patronímico
terminado en "az","ez","iz"y"oz", con la
significación de "hijo de..."(Ej-
Díaz,López.Ruíz,Muñoz).
A causa de la poca variedad en los
nombres paternos, mayormente
surgidos del santoral católico,los
apellidos dejan de cumplir la finalidad
para la que habían sido concebidos:
diferenciar a las personas. Así en el s.
XII se empiezan a añadir apodos
(María Ruíz la Tuerta), una condición
social (Ramiro López Escudero), una
caracteristica física relevante (Fernando
Fernandez Bello), una región de origen
(Pedro Ordoñez Bejarano) o un origen
no especificado (Juana Nuñez de la
Ribera). Incluso en el S. XIII, en esta
ansia de diferenciación, aparecen
apellidos compuestos de un nombre
más un apellido (Peribáñez).
A todo esto, durante este tiempo, las
clases nobles, huyendo de la
"vulgaridad"del apodo, se hacen
añadir al apellido el nombre del lugar
de nacimiento,residencia, señorío o
conquista (Ej-Fernández de Córdoba).
Así aparece en la historia el segundo
apellido, que como el primero, es aún
de origen paterno.
Dámos un salto de trescientos años
durante los que la elección de
apellidos ha sido, de hecho, libre, lo
que originó una gran anarquía a este
respecto. Es conocida la anécdota del
gran arquitecto Juan de Herrera, cuyos
padres eran Pedro y María Gutierrez.
Pero será durante el S.XVI que algo va
poner orden en la susodicha anarquía,
y es el que ,en las parroquias,
empiezan a funcionar los Libros de
Bautismo y Defunciones que, para
evitar errores con tantos apellidos
iguales, extiende la costumbre de
incorporar el apellido materno al
paterno.
Así los apellidos patronímicos fueron
quedando, desde entonces , casi en
exclusiva relegados a las clases
inferiores, ya que los nobles habían
descubierto la importancia de los
apellidos que denotan hidalguía y
nobleza y lo necesario de ostentar los
máximos posibles. Esta moda se dejara
ver durante los s. XVI y XVII y trae
como consecuencia la introducción de
la conjunción "Y" a modo de
separación entre los linajes paterno y
materno. Así , por ejemplo, el Duque
de Osuna, Virrey de Cataluña durante
el s. XVII, se llamaba Don Gaspar Tellez
de Girón Gomez de Sandoval y
Enriquez de Ribera.
La costumbre de intercalar la "Y" entre
los apellidos, fue posteriormente
copiada por la burguesia, aunque
fuera decayendo hasta quedar
reducido su uso a la nobleza, a la
utilización de más de dos apellidos (o
apellidos compuestos) y en la
administración pública (Libros de
Familia).
Los apellidos para los hijos de padres
desconocidos eran escogidos por los
directores de los orfanatos , por los
curas que les bautizaban o por los
jueces que les inscribian en el registro
Civil. A veces la elección era demasiado
explicita, como en el caso del apellido
Expósito, que no necesita de más
aclaraciones. A menudo tambien se
utilizaron términos religiosos (de la
Iglesia, de la Cruz, de Dios...), nombres
de santos y, por supuesto,
advocaciones de la parroquia donde
eran bautizados.En otros lugares,
como Vizcaya, se les daba el topónimo
de su lugar de origen,
Hubo algunos casos extremos como el
de un sacerdote, allá por las Antillas,
que llenó la zona de Narvaez, Prim y
Silvelas o el caso de un juez
barcelonés que escogiá entre los
apellidos que salían en el periodico del
día.
Para finalizar, a modo de ejemplo, el
origen de un par apellidos conocidos:
Año 885. En una emboscada en
Aibar,mueren el rey de Navarra, Garcia
Iñiguez, y su esposa Urraca. Tras la lid
llega al lugar un caballero llamado
Guevara que ,asombrado,ve aparecer
un bracito entre la herida del vientre
de Dña.Urraca. Tira del bracito y saca
vivo a un bebé, despues el rey Sancho
Abarca.A partir de entonces todos le
apodan Ladrón (por robar una vida a
la Muerte).Nace el apellido Ladrón de
Guevara.
En 1212.Visperas de la batalla de las
Navas de Tolosa. Un pastor muestra a
dos caballeros de la vanguardia
cristiana un paso para sorprender a
los almohades. Uno de los caballeros
señaliza el lugar un un craneo de res.
Nace el apellido Cabeza de Vaca.
Fuente: Celtiberia.net