Osel Hita Torres
saltó a los titulares de los periódicos y
a las noticias por haber sido
identificado como la reencarnación del
Lama Yeshe (fallecido en 1984), uno de
los principales introductores del
budismo en Occidente (este y el lama
Zopa crearon la Foundation for
Preservation of Mahayana Tradition
(FPMT), organización que se ha
convertido en una de las más
importantes e influyentes en el
budismo occidental)
Pues bien, fue precisamente este Lama
Zopa el que a los catorce meses lo
identificó como el tulku, es decir, la
reencarnación del Lama Yeshe, tras
más de un año buscandolo, gracias a
varias visiones oníricas que lo
condujeron a la cuna de Osel, nacido
el 12 de febrero de 1985 y que asistía
desde bebe, con sus padres, a un
centro de budistas de la Alpujarra
Granadina (hoy conocido,
precisamente, como Centro de Retiros
O Sel Ling, en su honor), afiliado a la
FPMT. Sus padres vivían en Bubión,
una localidad cercana… y allí fue
“encontrado” por el tal Lama Zopa.
El proceso para comprobar que
realmente Osel era el Lama fue tan
puntilloso como suele serlo, e incluyó
el reconocimiento de objetos
personales de Yeshe. Una vez
identificado, con seis años por el
propio Dalai Lama (entre otros ocho
aspirantes), a Osel le vistieron de rojo
azafrán, le pusieron un gorro amarillo
y le llevaron a la India, al monasterio
de Sera, para iniciar la formación
adecuada para convertirse en la
cabeza visible de la organización
creada por Yeshe y ser el continuador
de su tarea.
Allí fue alejado de su familia, recluido
en un mundo donde fue adorado
como una divinidad y educado en la
disciplina monacal más férrea, dura y
alienante.
“Con 14 meses ya me habían
reconocido y llevado a la India. Me
vistieron con un gorro amarillo, me
sentaron en un trono, la gente me
veneraba... Me sacaron de mi familia y
me metieron en una situación medieval
en la que he sufrido muchísimo. Era
como vivir en una mentira”, dice el
propio muchacho en una entrevista
concedida hace un par de años al
periódico español El Mundo.
De hecho, a los ocho años, cuando
solo llevaba dos allí, el chaval grabó
una cinta que envió a su madre:
“¡Mamá, ven y sácame de aquí!”. Ésta
fue y lo sacó del monasterio. Pero tras
una reunión de urgencia en Londres
con líderes del rollo, todo pareció
volver a la calma, y Osel volvió a Sera.
El budismo pudo más que el
sufrimiento del muchacho.
“Era muy rebelde, siempre lo he sido.
La única forma de controlarme era a
base de palos. Hacía muchas
gamberradas. Me negaba a hacer lo
que tenía que hacer y hacía lo que no
estaba permitido”
Fue creciendo, y aunque durante su
adolescencia estuvo varias veces en su
pueblo alpujarreño, Bubión, donde su
padre aún mantiene una casa, eso sí,
sin descuidar nunca los estudios de
filosofía tibetana. Allí se asombraba
muchísimo si veía una pareja
besándose ("mamá, mira qué
guarrería"), se empeñaba en jugar a
las máquinas en el bar, desconocía los
helados, se sorprendía con las niñas,
estaba encantado con los vídeos y los
pepinillos en vinagre y no entendía
muy bien que los demás niños del
pueblo no le reconocieran también
como lama reencarnado…
Pero siempre regresaba a la India…
aunque en su interior se iba gestando
una decisión que tomaría nada mas
cumplir la mayoría de edad: cuando
celebró su 18 aniversario dijo “basta”,
“ahí os quedáis” (dirigido a los otros
5.000 monjes varones), abandonó el
monasterio y se marchó a conocer el
mundo: estuvo en Canadá (en 2004),
en Suiza, en Estados Unidos y en algún
país mas, para acabar finalmente en
Madrid, donde estudió dos años de
Dirección de Cine y completó la
diplomatura con un tercer curso de
Dirección de Fotografía.
“Mi crecimiento se frenó y hay muchos
aspectos en los que aún tengo que
madurar: convivencia, sociabilidad,
conocerme mejor y saber quién
soy...Muchas veces me sorprendo a mí
mismo con reacciones en las que no
me reconozco, sobre todo en las
relaciones, que es donde realmente
vemos nuestros colores”, dice en la
misma entrevista de El Mundo.
Hoy en día vive en Madrid, luce melena
larga, perilla y patillas pobladas, una
camiseta desgastada y un par de
zapatillas negras agujereadas. Es un
activista pacifista y, como decíamos, no
ha renunciado al budismo. Aunque de
hecho, a la pregunta de si sigue
siendo budista dijo: “No, soy agnóstico
científico espiritual. Creo en la
consciencia y en las vidas pasadas y
futuras. Para mí la vida no termina
cuando se muere porque si no, no
tendría sentido. El cerebro no puede
ser lo único que nos mantiene vivos.
Aparte está el alma, la consciencia o el
ser, que es algo más eterno”
(Eso sí, de sus gastos parece se ocupa
la FPMT, ya que Osel no se ha
desentendido de la misma, que cuenta
con más de 130 centros en todo el
mundo).
El caso es que el chaval no ha hecho
nada más y nada menos que buscar su
camino, alejándose de la dura y férrea
disciplina de un monasterio en el que
se pasaba 14 horas al día rezando y
estudiando movidas budistas, rodeado
de miles de varones que le adoraban
como a un semidios, sin conocer mujer
y sin posibilidad de salir libremente
durante doce largos años. Si esto
fuese otro tipo de organización y no
una religión tan positivamente vista
para muchos, estaríamos hablando de
una secta destructiva.
Hoy, alejado del monasterio, busca su
camino, algo que sin duda el viejo
Buda alabaría, pues en el Camino
Medio, en el camino propio, esta la
virtud.
“Nunca me voy a sentir preparado
para adoctrinar a nadie. No puedo
pasar mis ideologías porque yo mismo
las estoy cambiando constantemente.
No puedes decirle a nadie "esta es la
verdad, cógela" porque nunca será su
verdad sino la tuya. Cada uno debe
buscarse dentro porque cuanto más
busques fuera más te alejas de tu ser.
Lo importante es nuestro interior, un
universo mucho más grande que el
que hay afuera”
Como curiosidad mencionar que
durante el tiempo que el actor Richard
Gere pasó en Sera, asistiendo a las
enseñanzas del Dalai Lama, fue alojado
en la cabaña vecina a la de Osel. Éste
se encontraba todas las mañanas al
actor (“un tío fenomenal, muy majo”,
dice en la entrevista de El Mundo),
pero nunca pudo comentarle sus
dotes interpretativas porque no había
visto sus películas.
La tele está prohibida en Sera.
Las últimas noticias dicen que quiere
montar en Ibiza una aldea ecológica,
donde se impartirían cursos de yoga y
meditación ( http://
www.diariodeibiza.es/pitiuses-
balears/2012/01/23/osel-nino-lama-
quiere-crear-aldea-ecologica-
ibiza/532673.html )
Mas info y fuentes por aquí: http://
www.elmundo.es/
elmundo/2009/05/30/
espana/1243716606.html , aquí: http://
www.elblogalternativo.com/2009/06/12/
la-historia-de-osel-una-estrella-
errante-de-nino-lama-reencarnado-a-
joven-agnosico-y-libre/ , aquí: http://
www.elcomercio.es/v/20120116/gente/
osel-sera-lama-20120116.html y aquí:
http://www.oseling.com/index.php y
aquí: http://www.elmundo.es/
larevista/num129/textos/lama1.html y
aquí: http://
blogs.periodistadigital.com/
politicamenteacorrecto.php/2009/06/01/
p235486 (con la noticia y entrevista de
El Mundo completa)