En la sociedad victoriana mostrar
el cuerpo era un tema delicado.
Incluso para nadar en un playa. Por
ello, desde mediados del siglo XVIII,
se hizo popular en los arenales
británicos un instrumento conocido
como la máquina de baño , que
permitía un cómodo desembarco en
la orilla del mar y protección frente a
la mirada de extraños. Una de las
ciudades en las que pronto se
realizaron estas construcciones fue
Brighton que se convirtió en un
popular destino turístico para los
enfermos ricos cuando el Dr. Russell
escribió su “Disertación sobre la
utilización de agua de mar en
enfermedades de las glándulas ‘en
1750, abogando por los beneficios
para la salud de bañarse en agua de
mar. Estas máquinas eran utilizadas
tanto por hombres como por
mujeres, que sin embargo no se
mezclaban en estos momentos de
ocio. Hasta 1901 existió segregación
por sexos en las playas del Reino
Unido.
Brighton.
Las máquinas de baño eran carros
con cuatro paredes de madera o
lienzo, que estaban perforadas por
dos puertas: una era la entrada, a la
que se accedía con ropa de calle. La
otra, en el lado opuesto, permitía
descender al mar una vez puesto el
traje de baño. El interior era oscuro.
En su afán por proteger la intimidad
de los usuarios, las máquinas de
baño despreciaban el contacto con la
luz natural y las miradas inapropiadas:
no existían más huecos que las
puertas de acceso y salida. La altura
de las ruedas permitía que la máquina
penetrase unos metros en el mar
manteniendo secas las prendas en su
interior, yhacía necesaria una
escalinata para descender al agua.
Algunas de estas máquinas tenías
toldos extensibles que hacían más
íntimo el momento del baño, a
resguardo de cualquier mirada desde
el arenal.
La tracción de estos carros era
variable, aunque los más comunes
eran tirados por caballos que
recorrían sin problema los metros que
separaban la playa de la orilla del
mar. Aunque menos común, la
tracción humana también existía: lo
llamados “dippers” tiraban de
las máquinas de baño y trabajaban
como asistentes, ayudando a los
usuarios a bajar y subir al carro. Pero
siempre eran personas del mismo
sexo que los usuarios de la máquina.
Mucho más sofisticadas eran las
máquinas propulsadas por motores
de vapor. Este tipo de carro exigía
unos raíles dispuestos sobre la arena
y estaban reservados a familias de alta
capacidad adquisitiva. Existe
constancia gráfica de que el rey
Alfonso XIII de España utilizaba
una máquina de baño a vapor en sus
estancias de verano en San
Sebastián.Estos instrumentos
empezaron a aparecer en las playas
inglesas en torno a 1750. Durante un
tiempo se consideró que la primera
máquina de baño databa de ese
mismo año, obra de Benjamín Beale,
quien había probado su invento en la
playa de Margate, Kent. Pero se ha
encontrado un grabado de John
Setterington catorce años más antiguo
donde se distinguen varios de estos
instrumentos. Las máquinas fueron
populares en el Reino Unido y sus
colonias, así como en Francia,
Alemania, Estados Unidos y México
durante ciento cincuenta años.
Lichtenberg copió para su país la idea
británica de los carruajes que
entraban al agua y desplegaban
tiendas de campaña para que la gente
pudiera nadar en pequeños
grupos. Pero tras la abolición de la
segregación por sexos en las playas a
principios del siglo XX cayeron en
desuso, y en la década de 1920
las máquinas de baño se habían
extinguido.
Imágenes: (LOC)Library of
Congress Prints and Photographs
Division,Washington (U.S.A), The
National Maritime Museum,
Greenwich (U.K.) y Georges Eastman
House
bbccouk
The Library of Congress
The Library of Congress
city libraries
National maritime museum
Blankenberghe, baigneurs (LOC)1890
The beach from the Kursaal, (i.e.,
Cursaal), Ostend, Belgium (LOC) 1890
The beach and the sea,
Blankenberghe, Belgium (LOC) 1890
The seashore and Kursaal, (i.e.,
Cursaal), Blankenberghe, Belgium
(LOC)1890
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