27/4/12

Casi la dureza del mármol a partir de arena sin calentar la mezcla

Cultivar ladrillos a partir de
bacterias, arena, cloruro de
calcio y urea, se ha convertido
en realidad gracias al reciente
descubrimiento de una
profesora de arquitectura
americana en Abu Dhabi. Un
avance sustancial de la bio-
ingeniería que permitirá
producir ladrillos a temperatura
ambiente, en lugar de consumir
toneladas de carbón o árboles
para alimentar los hornos.
El avance se produjo casi por
accidente: tras años de
investigación con cultivos de
cristales y ensayando varias
recetas químicas, la joven
profesora de 32 años Ginger
Krieg Dosier, de la universidad
americana de Sharjah en los
Emiratos Árabes, se topó con su
primer ladrillo una semana
después de haber desechado
unas pruebas fallidas.
Baratos, robustos y fáciles de
producir, los ladrillos cocidos al
horno han existido desde hace
muchísimo tiempo. Pero el
proceso para obtener los
ladrillos mediante esta técnica
tradicional requiere enormes
cantidades de energía, que
incluye deforestación y la
emisión de toneladas de CO2 a
la atmósfera. Con más de 1,22
trillones de ladrillos fabricados
cada año (la mayoría en hornos
de carbón), cada uno emite 5,8
kg de CO2, lo que es bastante
más de lo producido por el
tráfico aéreo anual.
Según Metropolis(http://
www.metropolismag.com/
nextgen/ng_story.php?
article_id=4258), que ha
galardonado a esta arquitecta-
científica con el premio de
diseño Next Generation:
El proceso, conocido
como precipitación
de calcita inducida
por microbios, o
MICP, usa los
microbios de la arena
para ligar los granos
entre sí como con
pegamento a través
de reacciones
químicas
encadenadas. El
material resultante
parece arenisca, pero
dependiendo de
cómo se haya hecho,
puede reproducir la
dureza de un ladrillo
tradicional o incluso
del mármol. Si los
ladrillos de Dosier
reemplazaran cada
nuevo ladrillo que se
produce en el
planeta, reduciríamos
nuestras emisiones
de CO2 al menos 800
millones de
toneladas al año.
“Nos estamos
quedando sin
fuentes de energía”,
dijo en una entrevista
en marzo. “Se
necesitan 400 árboles
para fabricar 25.000
ladrillos (el número
que suele tener una
casa). Esta tendencia
del consumo
empieza a
asustarme”.
Dosier tratará de refinar la
composición en el proceso de
forma que se puedan imprimir
capa a capa en una impresora
3D.
El único problema detectado es
que el proceso emite amoniaco,
que los microbios convierten en
nitrato que, a su vez, podría
contaminar las aguas
subterráneas. Aunque el
problema podría evitarse
completamente ‘encerrando’
esos productos en una especie
de buffers orgánicos que los
contendrían hasta el momento
de su reciclado.
Andrea Martín.
Fuente:
www.gruponuevastecnicas.blogspot.com