George Sand: La escritora George Sand
(1804-1876) fue la precursora en el
uso feminino del pantalón. Siendo una
niña tiró su corsé a una barrica de vino
y ya en su juventud comenzó a vestir
como un hombre. Un comportamiento
que ella inscribe dentro de la tradición
familiar: su madre y su tía habrían
hecho lo mismo cuando eran jóvenes
por falta de dinero. Además, para
callejear y atiborrarse del mundo como
deseaba debía caminar mucho y largo
tiempo. Los vestidos y zapatos
condenaban a la mujer al
sedentarismo. El traje masculino refleja
también sus compromisos políticos.
"Sólo tengo una pasión, la idea de
igualdad", escribe en 1848.
Alice Marble: El deporte desempeña un
papel esencial en la popularización del
pantalón femenino: influye sobre las
prendas de la calle e inspira a la moda.
La tenista Alice Marble, en 'shorts',
gana el Campeonato Nacional de Tenis
Femenino de Estados Unidos en 1936.
Pero en esta década, fuera del ámbito
deportivo o la playa, el pantalón aún
sigue estando mal visto: la
masculinización del vestir alude más o
menos explícitamente a la
homosexualidad.
Marlene Dietrich (en la foto) es la
primera actriz en probar el poder
erotizador del pantalón. Desde
'Marruecos' (1930) utiliza el esmoquín
en cada una de sus películas como un
símbolo del poder que se alía con el
dinero y la masculinidad. Pero también
lleva pantalones en su día a día. De
hecho, en 1933 el prefecto de políca de
París le advierte de que la hará
abandonar la ciudad si llega vestida
con patalones. Ella rehusa aparecer
con falda y finalmente el prefecto
decide regalarle un brazalete en vez de
expulsarla.
Las obreras de la IIGM: El uso del
pantalón se extiende a la población
general por razones prácticas durante
la II Guerra Mundial. La mujeres tienen
que incorporarse como obreras en
fábricas de armamento, talleres navales
y aeronáuticos, y allí adoptan la
vestimenta más cómoda y segura (y
aconsejada por las autoridades): pelo
recogido y pantalones. También
aparecen con pantalones en las
películas y carteles de propaganda
bélica.
Isabel II: La entonces princesa Isabel
de Inglaterra se fotografía durante la II
Guerra Mundial vestida con un mono
del Auxiliar Territorial Service del
ejército británico mientras cambia una
rueda. En el trabajo, las razones
prácticas hacen que el pantalón esté
totalmente aceptado. Pero en la vida
cotidiana y en las revistas de moda, la
falda prevalece.
Audrey Hepburn: Durante la década
de los cincuenta, Audrey Hepburn
encarna mejor que nadie el nuevo
estilo de la mujer moderna. Exhibe un
aire masculino y femenino al mismo
tiempo, una combinación aceptable en
unos tiempos todavía muy puritanos.
Es la embajadora ideal del pantalón
femenino, que lleva con zapatos planos
y el pelo corto. Su estilo, imitado por
numerosas admiradoras, influye
mucho en la aceptación del pantalón.
Yves Saint Laurent: El pantalón
femenino no aparece en la alta costura
y en el pret a porter hasta 1960, pero a
partir de entonces su éxito será
clamoroso. El diseñador que lo aupará
a la categoría de prenda estrella
dentro del armario femenino fue Yves
Saint Laurent, que en 1966 lanza el
esmoquin femenino. Herramienta de
poder para sus clientas e icono
incontestable de su firma. El diseñador
considera, no obstante, que "la
libertad y la igualdad no se comprar
con un calzón", sino que "son un
estado de ánimo".
Jane Fonda: A finales de los años
sesenta y principios de los setenta, lo
vaqueros, como los que lleva la actriz
Jane Fonda durante un mitin en la
Universidad de Carolina del Sur, se
convierten en la primera prenda
"mixta". Constituyen un emblema del
movimiento revolucionario en los
campus, del rechazo a la guerra de
Vietnam, de la lucha de los negros por
sus derechos civiles y del resurgimiento
del feminismo. Con el estilo hippy, los
'jeans' experimentan un difusión
masiva entre ambos sexos. Como en
1920, pero al revés, la moda capilar
acerca a ambos géneros y el armario
masculino se feminiza.
Mujeres trabajadoras: En la década de
los ochenta y noventa, la libertad de
indumentaria entre las mujeres parece
asentada en Occidente, pero aún
quedan algunos sectores
profesionales, especialmente aquellos
en los que se requiere uniforme,
donde el pantalón tardará aún
bastante tiempo en convertirse en una
opción. Las azafatas de tierra de Air
France, por ejemplo, pueden optar por
el pantalón desde 1980; las de aire, no
conseguirán hacerlo hasta 2005. En
Alitalia (en la foto) tendrán que esperar
a 2006 para tener derecho a utilizarlo.
Angela Merkel: Aún cuando las mujeres
consiguen formar parte de los
gobiernos y de las cúpulas directivas
empresariales, el que se vistan como
sus iguales masculinos no es aceptado
con facilidad durante décadas. Hoy, la
causa del pantalón está ganada por las
políticas como Angela Merkel, canciller
alemana, que viste sistemáticamente
esta prenda con una única excepción:
las ceremonias nocturnas.
Los textos pertenecen a una galería
fotografica publicada por
el diario El País y publicamente
accesible en el siguiente enlace:
http://cultura.elpais.com/
cultura/2012/04/03/
album/1333452212_301062.html#1333452212_301062_1333452710