Don Quijote, al ir a atacar los molinos
de viento, fue advertido por Sancho
Panza. "Mire vuestra merced que
aquellos que allí se parecen no son
gigantes, sino molinos de viento, y lo
que en ellos parecen brazos son las
aspas, que, volteadas del viento, hacen
andar la piedra del molino."