Mada’in Saleh. era
conocida como Al-Hijr (término árabe
que significa “lugar rocoso”)hasta el
siglo 14 dC. Posteriormente, el área
pasó a conocerse como Mada’in Saleh
(también Mada’in Salih).
Se encuentra en Arabia Saudí a unos
1.111 km al oeste de Riad y unos 402
km al noroeste de Medina y a 500 al
sureste de Petra. El sitio es una
llanura al pie de una meseta basáltica
que constituye la parte sureste de las
Montañas Hedjaz.
Mada’in Saleh ocupa una posición
estratégica en la antigua ruta de las
caravanas(Ruta del Incienso). Según
el Corán, el área fue ocupada por el
pueblo de tamudeos en el año 3000
a. C y aparecen inscripciones Mada’in
Saleh que se remontan al siglo VI
antes de Cristo, siendo todos los
elementos arquitectónicos restantes
correspondientes a la época nabatea
( siglo III aC a el siglo I dC), se sabe
que durante el reinado del rey
nabateo Aretas IV (9 aC – 40 dC)
correspondió con un período de
desarrollo arquitectónico
El conjunto de Mada’in Saleh lo
constituye una serie de tumbas y
estructuras similares se presentaron
en otros asentamientos nabateos, que
van desde el sur de Siria al norte,
hacia el sur, el desierto del Negev, y
hasta el área inmediata de Hedjaz. . El
más importante y la más grande de
ellas es Petra.
Dentro del conjunto destaca una
tumba aislada construida en una roca
que permanece sin acabar y que se
conoce con el nombre de Qasr Al
Farid.
Qasr Al Farid por Orly Arcelao
Agunas de las tumbas de Mada’in
Saleh quedaron sin terminar gracias a
ello se evidencia que la talla de las
distintas tumbas comenzaba de arriba
abajo. Se conservan 94 tumbas con
fachadas decoradas, 35 cámaras
funerarias y más de 1000 tumbas no
monumentales.
Las tumbas tienen una estructura
característica con una única entrada
muy marcada y con una gran masa
sólida sobre ella. Una elaborada
ornamentación refleja las condiciones
de sus propietarios y que toma
prestados elementos estilísticos de los
Asirios, así como de los Fenicios ,
también de Egipto así Alejandría
helenística, combinada con elementos
característicos propios.Estas tumbas
están realizadas aprovechando unas
formaciones de piedra arenisca. La
arenisca es una roca sedimentaria
compuesta por masas consolidadas
de arena depositada por el
movimiento del agua o por el viento.
La constitución química de la piedra
arenisca es la misma que la de arena,
la roca es un compuesto
esencialmente de cuarzo. El material
que une los granos de arena se
compone generalmente de sílice,
carbonato de calcio u óxido de hierro
y el color de la roca está determinado
en gran medida por el material de
unión provocando los óxidos de
hierro una arenisca de color rojo o
marrón rojizo. Esta arenisca es muy
fácil de trabajar, es por ello por lo que
resultaba muy interesante el proceder
al vaciado (como en el caso de Petra)
para poder realizar construcciones.
Por lo general las tumbas eran para
varios miembros de la familia,
excavando en la roca los nichos en
los que se depositaban los féretros. El
corte resultaba fácil y se conservan ,
especialmente en los espacios
interiores, las huellas de las
herramientas que muestran la forma
en la que se procedía a eliminar la
piedra sobrante mediante picados
próximos.
La zona de viviendas, construidas
principalmente con adobe, estába
situada en el centro de la llanura,
lejos de los enterramientos
afloramientos. Las murallas que
rodeaban la zona residencial son
evidentes a partir de las fotografías
aéreas tomadas en 1978 y de las
imágenes de satélite.
Nelson Glueck (1900-1971)
arqueólogo estadounidense, fue uno
de los primeros en escribir sobre los
logros de los nabateos “Ellos fueron
uno de los pueblos más dotados de la
historia”, escribió en 196. “El suyo era
un historial de logros notables, que se
extiende desde el comercio hasta la
agricultura, de la ingeniería a la
arquitectura y el arte.” Hay pruebas
abundantes de sus “prodigios de la
agricultura imaginativa” así como de la
utilización magistral de los escasos
recursos hídricos. Los nabateos eran
expertos ingenieros hidráulicos, y sus
habilidades en la construcción de
pozos, cisternas, surcos y acueductos
les permitió desarrollar la agricultura
así como desarrollar prácticas de
conservación del terreno. En Mada’in
Saleh se conocen unos 130 pozos y
se canalizaba las pocas lluvias a
cisternas excavadas en la piedra
arenisca.
En julio de 2008, la UNESCO declaró el
conjunto como Patrimonio de la
Humanidad.
Foto por Orly Arcelao