El 19 de abril de 1943 el doctor
Hofmann ingirió a propósito 250 µg de
LSD, pues, por su experiencia con
otros alcaloides ergóticos, pensó que
podría ser la dosis mínima. Sin
embargo, pronto descubrió que la
sustancia tenía una potencia superior a
la de casi cualquier otra conocida en la
época, por lo que la dosis que se
administró era en realidad superior a
la que más tarde se aconsejó para
fines terapéuticos. Tras ingerir la
sustancia, Hofmann sintió que le
costaba hablar de forma inteligible y
pidió a su asistente de laboratorio, que
estaba al tanto del experimento, que le
acompañase en su viaje a casa en
bicicleta, pues, por las restricciones del
período de guerra, no había
automóviles disponibles.
Durante el viaje a casa, el estado de
Hofmann se agravó, y en su diario
escribió que todo lo que había en su
campo de visión ondulaba,
distorsionado como una imagen en un
espejo cóncavo. Aunque avanzaba
velozmente, tuvo la sensación
paradójica de que permanecía inmóvil.
Cuando llegó a casa, llamó a un doctor
y pidió a su vecina algo de leche,
creyendo que le ayudaría a
recuperarse. Hofmann hace notar que
a pesar de su estado delirante, fue
capaz de escoger con lucidez la leche,
por su calidad de antídoto no
específico contra el envenenamiento.
Cuando llegó el médico, no encontró
ningún síntoma físico anormal, salvo
las pupilas extremadamente dilatadas.
Tras pasar varias horas aterrorizado,
convencido de que un demonio había
poseído su cuerpo, de que su vecina
era una bruja y de que el mobiliario de
su casa le amenazaba, el doctor
Hofmann pensó que había
enloquecido por completo. En su
diario, Hofmann indica que el doctor
decidió no medicarlo y prefirió enviarlo
a la cama. Una vez acostado, Hofmann
sintió que el pánico comenzaba a dar
paso a una sensación de buena suerte
y gratitud. Los colores y juegos de
formas que veía con los ojos cerrados
le resultaban ahora placenteros. Se
trataba de «imágenes fantásticas» que
surgían ante él, alternándose unas tras
otras, abriéndose y cerrándose en
círculos y espirales para después
explotar en fuentes de color, y
comenzar de nuevo, en un flujo
incesante. Durante su 'viaje', las
impresiones acústicas (como el ruido
de un automóvil que pasaba) se
transformaban en imágenes.
Finalmente, Hofmann se quedó
dormido y despertó al día siguiente
fresco y con la mente clara, aunque
con cierto cansancio corporal.
Desayunó con una sensación de
bienestar y vida renovada, y encontró
la comida deliciosa. Mientras caminaba
por el jardín, notó que todos sus
sentidos «vibraban con una
sensibilidad superior, que duró
durante todo el día».
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/
LSD#El_d.C3.ADa_de_la_bicicleta
http://pijamasurf.com/2011/04/feliz-
dia-de-la-bicicleta-68-anos-del-primer-
viaje-de-lsd-del-dr-hofmann/