“Algunos dicen que esto no lo pudo
hacer un humano, pero sí, yo lo hice”.
Jim Denevan tiene alrededor de 50
años y parece que no ha estado quieto
en su vida: surfea a diario desde niño,
empezó fregando platos en un
restaurante, se convirtió en un amante
de la comida y terminó siendo chef.
Además dibuja sobre el hielo, la tierra
y la arena.
Esto último puede sonar a pasatiempo
tonto, pero las dimensiones del diseño
y la perfección geométrica de los
resultados hacen que sea una especie
de pintor extraterrestre. Las pizarras de
Denevan son lagos, inmensos arenales
y desiertos. Superficies que acrecientan
el sentimiento de que no significamos
más que un punto en el paisaje.
Montado en una bici a la que añade
herramientas o con un simple palo de
madera, el trabajo de este artista
estadounidense es efímero. En la
siguiente ola, cuando sube la marea,
cuando llegan el deshielo o las lluvias
los trazos desaparecen.
En mayo del 2009 realizó uno de los
trabajos artísticos más grandes de la
historia. Estuvo durante dos semanas
dibujando en el fondo del Gran Lago
Salado (Great Salt Lake), en el norte
del estado de Utah: una zona desértica
de tierra agrietada por el sol. En su
página web ( que les copio debajo)
figura un video de la hazaña.
A esas alturas del año sólo quedaba el
mineral salino, ni rastro del agua que
llega de los tres ríos que lo surten.
Denevan dibujó mandalas de círculos
tan grandes que tuvo que ayudarse del
GPS, utilizar cadenas y una furgoneta.
Pasó todo ese tiempo solo, tanto que
la imaginación le jugó malas pasadas y
empezó a ver fantasmas por el rabillo
del ojo. Desde entonces, para prevenir
el ataque de soledad, si las misiones se
prolongan, alquila un autobús donde
duerme con amigos, en medio de la
nada más absoluta.
En junio el lago comenzó de nuevo a
recibir agua y el dibujo de Denevan
empezó a borrarse. “La gente me
pregunta qué se siente cuando se
borran mis dibujos. Pero ¿a quién le
gustaría que no desaparecieran?”
Le gusta trabajar en la playa, donde
sus círculos y curvas crean tapices en
toda la arena. Allí mismo busca un
trozo de madera, elige una parte
central y comienza con el primer trazo.
Se toma cada dibujo como una
actuación, un baile o un paseo por un
laberinto: algo absorbente y cautivador
que no se puede interrumpir.
Fuentes:
http://blogs.20minutos.es/trasdos/tag/
jim-denevan/
http://vimeo.com/5155076
http://www.jimdenevan.com/