20/4/12

EL MAGO

Había una vez un mago que construyó
una casa cerca de un pueblo grande y
próspero. Un día invitó a toda la gente
del pueblo a cenar en su casa. "Antes
de cenar --dijo-, tenemos algunos
entretenimientos". La idea agradó a
todos y el mago hizo un show de
primera clase, durante el cual sacaba
conejos de chisteras, banderas que
aparecían en el aire y cosas que se
convertían unas en otras. La gente
estaba fascinada. El mago preguntó:
"¿Quieren cenar ahora o quieren más
entretenimiento?".
Todos pidieron más trucos pues nunca
habían visto algo así. Así el mago se
convirtió en una paloma, después en
un halcón y después en un dragón. La
gente enloquecía de excitación. Les
preguntó nuevamente y pidieron más,
y más recibieron. Entonces les
preguntó si querían comer y dijeron
que sí.
El mago entonces les hizo sentir que
estaban comiendo distrayéndolos con
cantidad de trucos a través de sus
poderes. La cena imaginaria y los
trucos continuaron toda la noche.
Cuando estaba amaneciendo algunos
dijeron: -Debemos ir a trabajar.
Entonces hizo que imaginaran que
iban a sus casa y se preparaban para ir
a trabajar y realmente hacían sus
actividades habituales.
Y de este modo, siempre que alguien
decía que tenía que hacer algo el mago
lo hacía pensar que lo hacía y después
regresaba a la cena. Con el tiempo el
mago había tejido tal encantamiento
sobre la gente del pueblo que todos
trabajaban para él mientras que creían
que continuaban con sus vidas de
siempre. Cuando se sentían inquietos
él los hacía pensar que estaban
nuevamente cenando en su casa y esto
les daba placer y los hacía olvidar. ¿Y
qué sucedió con el mago y la gente del
pueblo?
Esto no se puede decir; es algo de lo
que no se puede hablar, porque él
sigue ocupado en lo mismo, y casi toda
la gente está aún bajo su hechizo.