27/4/12

MIGUEL ÁNGEL Y LOS "PINTA- BRAGUEROS"

En el siglo XVI, el papa Pablo III
encargó a Miguel Ángel, un fresco
sobre el Juicio Final para la pared del
altar de la Capilla Sixtina.
Una vez terminada, en 1541, la pintura
provocó el escándalo y las críticas más
violentas, pues se consideraba
vergonzoso que en tan sagrado lugar
se hubiesen representado tantas
figuras desnudas, especialmente
algunas parejas cuyas posturas podían
parecer comprometidas. Según
algunos obispos, el fresco no
correspondía a un recinto tan sagrado
como la Capilla sino a una taberna.
Se acusó a Miguel Ángel de herejía y se
intentó destruir el fresco. Aunque el
papa Julio III era tolerante y no se
preocupó de los desnudos, a su
muerte se decidiría la «corrección» del
fresco colocando paños de pureza a
todos sus personajes.
La persona que se ocupó de esta labor
fue Daniele Da Volterra, discípulo de
Miguel Ángel, a quien, por este trabajo
se colocó el sobrenombre de
«Braghettone» el pinta calzoncillos.
El hecho de que un número tan
elevado de personajes apareciesen
desnudos en un recinto para el culto
escandalizó a parte de los
responsables de la Iglesia en Roma.
Uno de los que más expusieron la
indecencia de la pintura fue el maestro
de ceremonias Biaggio de Cesana.
Se comenta que Miguel Ángel se enojó
enormemente, no sólo por alterar la
escena inicial, sino también por la
imposibilidad de recuperarla a su
estado original, dado que las ropas
que cubren los cuerpos están pintadas
utilizando la técnica del óleo, mientras
que toda la pared lo está al fresco.
Pero Biaggio de Cesana tuvo su
castigo: En la parte inferior derecha de
la escena, a la entrada de los infiernos,
Miguel Ángel representó a Minos, el
rey del Infierno, desnudo, con orejas
de burro, una serpiente enroscada a
su cuerpo y con los rasgos faciales de
Biaggio de Cesana.
Dicen que el prelado acudió lloroso al
Papa para pedirle que ordenase a
Miguel Ángel que lo retirara del mural,
y que éste, con un gran sentido del
humor, le respondió lo siguiente:
"Querido hijo mío, si el pintor te
hubiese puesto en el purgatorio,
podría sacarte, pues hasta allí llega mi
poder; pero estás en el infierno y me
es imposible. Nulla est redemptio.
Para conocer mejor quién fue "il
Braghettone" os recomiendo el
siguiente enlace donde, a modo de
imaginaria confesión del pintor se
desvela su vergüenza ante el encargo
que le haría tristemente famoso: cubrir
con paños o bragueros la obra de su
propio maestro, a quien seguía y
veneraba.
http://eldibujante.com/?p=2294
La imagen pertenece al fresco del Juicio
Final, realizado por Miguel Ángel e
irremisiblemente censurado. Con
orejas de burro, en el infierno, aparece
el censor Biaggio de Cesana.