Querido Bombón:
Estoy muy interesado en tus tareas.
¿Podrías darme un poco más de
información acerca de tus lecturas en
francés? Me alegra que estés
contenta, pero no creo demasiado en
la felicidad. Tampoco creo nunca en
la desgracia. Esas son cosas que ves
en un escenario o en una pantalla o
en una hoja impresa, nunca te
seceden a ti en la vida.
Todo lo que creo en la vida es en la
recompensa por la virtud (de acuerdo
a los talentos de uno) y en los
castigos por no cumplir con tus
tareas, que son doblemente
despiadados. Si hay un libro así en la
biblioteca del colegio, ¿podrías
rogarle a la señora Tyson que te
permita buscar un soneto de
Shakespeare en el que aparece el
verso: "Los lirios que se pudren
huelen mucho peor que la mala
hierba"?
Hoy no he tenido pensamientos, la
vida parece consistir en pensar un
cuento para Saturday Evening Post.
Pienso en ti, y siempre con placer,
pero si me llamas Pappy otra vez
agarraré al Gato Blanco y lo aporrearé
duro en el trasero, seis veces cada
vez que seas impertinente. ¿Harás
algo al respecto?
Arreglaré la cuestión de tu cuota.
Ya termino, boba. Cosas de las cuales
preocuparse:
Preocúpate por el coraje.
Preocúpate por la limpieza
Preocúpate por la eficiencia
Preocúpate por la equitación...
Cosas de las cuales no preocuparte:
No te preocupes por la opinión
general
No te preocupes por las muñecas
No te preocupes por el pasado
No te preocupes por el futuro
No te preocupes por el crecimiento
No te preocupes si alguien te saca
ventaja
No te preocupes por la victoria
No te preocupes por la derrota
excepto que se deba a tu culpa
No te preocupes por los mosquitos
No te preocupes por las moscas
No te preocupes por los insectos en
general
No te preocupes por tus padres
No te preocupes por los varones
No te preocupes por las decepciones
No te preocupes por los placeres
No te preocupes por las
satisfacciones.
Cosas en las cuales pensar:
¿Qué es lo que realmente estoy
buscando?
Cuán bueno soy realmente en
relación con mis contemporáneos en
cuanto a:
El estudio.
¿De verdad entiendo a la gente y soy
capaz de llevarme bien con ella?
¿Estoy intentando realmente hacer de
mi cuerpo un instrumento útil o lo
estoy ignorando?
Con todo amor.
8 de agosto de 1933
En la foto podemos ver al escritor
Francis Scott Fitzgerald junto a su
esposa Zelda y a la hija de ambos,
Frances Scott (Scottie) Fitzgerald.