H.G. Wells, el escritor británico
nacido en 1866, y fallecido en 1946,
tiene el privilegio de ser el padre de
los juegos de guerra, o para que
comprendan mejor, de los juegos de
mesa en los que sobre maquetas y
con soldados (o monstruos o lo que
cada cual quiera) en miniatura, se
desarrolla un combate a partir de
una situación y unas reglas. Wells es
más famoso por sus novelas de
ciencia ficción y en muchos de sus
escritos imagina un futuro que en
cierta medida se ha complicado de un
modo u otro.
En 1913, es decir, antes de la Primera
Guerra Mundial, nuestro hombre
publicó un libro que se tituló Little
Wars (pequeñas guerras) y que
supone el primer reglamento de uno
de estos juegos de guerra, aunque en
cosas como esta siempre es
complicado decir quién fue el primero
realmente. Pero sí al menos fue un
pionero. El título completo de la obra
es “Pequeñas guerras: un juego para
chicos de doce a ciento cincuenta
años de edad y para aquella clase de
chicas inteligentes a las que les
gustan los juegos y los libros de
chicos”.
Después de una cena con otro
escritor, Jerome K. Jerome, este
comenzó a disparar con un pequeño
cañón de juguete a algunas figuras
de soldados y a partir de ahí crearon
el juego, añadiendo unas cuentas
reglas para crear así el juego
propiamente dicho. Infantería,
caballería, artillería… todo estaba
contemplado en el manual de juego.
Y así es como H.G. Wells se convirtió
en padre de los juegos bélicos en
miniatura. Si tiene curiosidad por
este juego, el proyecto Gutenberg
recoge el texto íntegro de su
reglamente, es decir, Little Wars, que
además está ilustrado.