Cuando en 1953, el escritor francés
Jean Giono escribió la historia de “El
hombre que plantaba árboles“,
parecía tan real, que los lectores
pensaron que el personaje central de
Elzéard Bouffier era una persona viva.
Más tarde, el propio autor aclaró que
se había inventado el personaje con
el propósito de hacer sentir a sus
lectores el amor por la naturaleza, los
bosques y el esfuerzo humano por no
destruir la sostenibilidad del planeta.
Una historia épica que bien podría
corresponder en una historia real a
Jadav Payeng , que a pesar de no
haber oído nunca hablar del libro de
Giono, bien podría ser el ‘Bouffier’
del estado indio de Assam. Plantar,
plantar y plantar árboles fue el ardua
labor que él solito y durante casi 30
años dedicó este residente en una
isla en medio del río Brahmaputra.
Esta es la historia de un creador de
un bosque y además verdadera…
El lugar se encuentra en Jorhat, a
unos 350 kilómetros de Guwahati.
Todo comenzó a mediados de 1979,
cuando las inundaciones anegaron los
grandes bancos de arena de la zona.
Un día después de que las aguas se
retiraron, un adolescente Payeng con
16 años, encontró el lugar salpicado
de cientos de reptiles muertos.Ese
fue el punto de inflexión en su vida.
Sin ningún tipo de protección
arbórea, el calor y las inundaciones
fueron el resultado de esta terrible
carnicería. Desolado, el joven Payeng
se sentó y lloró sobre sus formas sin
vida. Días después alertó al
departamento forestal de la
necesidad de tomar medidas. Les
preguntó si podían plantar árboles
allí. Los responsables del
departamento forestal entre risas le
hicieron saber que en esa zona nada
volvería a crecer.
“Fue doloroso, nadie estaba
interesado y nadie había para
ayudarme”.
Dejando los estudios y su casa,
comenzó a vivir en una cabaña en el
banco de arena. A diferencia de
‘Robinson Crusoe’, él aceptó de buen
grado una vida de total aislamiento y
duro trabajo en pro de la naturaleza.
Y comenzó el sembrado…Regó las
plantas por la mañana y por la
noche. Después de unos años, el
banco de arena se transformó en un
pequeño bosque de bambú. Fue
entonces cuando decidió plantar
árboles más grandes y adecuados.
Recogió y plantó además de
transportar con ellos miles de
hormigas rojas de su pueblo.
Hormigas que podían cambiar las
propiedades del suelo.
En poco tiempo había una gran
variedad de flora y fauna que
irrumpieron en el banco de arena.
Payeng comenzaba a ser feliz en su
particular bosque.
Con el transcurso del tiempo, con su
esfuerzo y aplicando los
conocimientos heredados de sus
antepasados, el bosque creció en
expansión en el centro del banco de
arena. 1360 hectáreas que continúan
creciendo bajo la tutela y largo mimo
de su creador.
En la actualidad con 47 años, Jadav
Payeng, conocido como “Muley”, es
considerado un héroe por los
miembros de su comunidad. Los
lugareños llaman al lugar “Molai
Kathoni“, el bosque de Molai, nombre
de una de las mascotas de Payeng. La
zona es el refugio de animales en
peligro de extinción como el
rinoceronte de un cuerno y el tigre
real de Bengala. Elefantes, aves
migratorias, ciervos y ganado han
atraído a los depredadores. La
naturaleza ha creado un ecosistema
complejo en el bosque de Molai bajo
la atenta mirada del “conservacionis
ta capacitado”.
Curiosamente el Departamento
Forestal del Estado indio, no tuvo
conocimiento del denso bosque en el
banco de arena hasta el 2008. Desde
entonces están mostrando un interés
en la conservación.
“Estamos maravillados con la
increíble labor de Payeng. Él ha
estado trabajando durante 30 años
de su vida en favor de la naturaleza.
Crear todo esto desde la nada es
increíble. Si hubiera sido en
cualquier otro país, hubiera sido un
héroe”.
Muley por fin ha construido una
pequeña casa en las cercanías de la
reserva, aunque ávido amante de la
naturaleza está pensando en ir a
otros lugares del estado para iniciar
una empresa similar….bien podría
ser el ‘Bouffier’ del estado indio de
Assam. El hombre que plantaba
árboles.
Fuente: El BauldeJosetewordpress.com