13/6/12

EL MISTERIO DE LA FUGA DE ALCATRAZ PERSISTE 50 AÑOS DESPUÉS

Para el FBI, una de las pruebas más
concluyente de que los hermanos John
y Clarence Anglin lograron escapar con
vida y no perecieron en las frígidas
aguas que rodean a la prisión de
Alcatraz fue el hecho de que la madre
de estos recibió cada año hasta su
muerte un ramo de flores –sin tarjeta-
por su cumpleaños. La otra es aquella
que especula con que los hermanos
asistieron al funeral de la madre en
1973 disfrazados de mujeres pese a la
fuerte presencia de agentes del FBI
que los esperaba.
La noche del 11 de junio de 1962,
cuatro presos tenían programada su
fuga de ‘La Roca’, como era conocida
desde su apertura en 1933 la
inexpugnable prisión federal situada
sobre un peñasco frente a la bahía de
San Francisco (norte de California) y
que echó el cierre en 1963. Alcatraz
estaba considerada como una prisión
de alta seguridad debido a su
situación geográfica y fue el hogar
forzado de aquellos que eran
considerados “individuos
irrecuperables para la sociedad” y
gángsters famosos, como Al Capone.
Tras meses de planificación y excavar
túneles con cucharas que les
permitiera llegar al punto débil del
penal -uno de los ventiladores que
estaban en el tejado-, sólo tres de esos
cuatro hombres lograron darse a la
fuga: los hermanos Anglin y Frank
Morris, quien se cree que fue el
cerebro del virtuoso plan, todos ellos
convictos confesos por robar bancos.
El cuarto recluso, Allen West,
permaneció en su celda sin que se
hayan conocido nunca bien los
motivos: el pánico o problemas
logísticos que le impidieron llegar
hasta el tejado de la cárcel. La
información que en los años siguientes
proporcionó West al FBI fue básica
para conocer el plan de los fugados.
A lo largo de la historia de la prisión se
produjeron 14 intentos de fuga que
involucraron a 36 personas; solo las
tres mencionadas antes siguen en
paradero desconocido. Veintitrés reos
fueron detenidos de nuevo; seis
murieron por disparo de bala durante
la fuga y cuatro ahogados. Cuando la
mañana del 12 de junio de 1962 se
efectuó el rutinario recuento de
presos, sobre las camas de los tres
hombres reposaban sendas cabezas
fabricadas con papel y pelo de la
peluquería que daban la impresión de
que los reos fugados seguían
durmiendo.
De estar vivos, John Anglin tendría hoy
82 años; su hermano Clarence 81; y
Frank Morris 85. “Tenemos que
trabajar bajo el supuesto de que
lograron escapar”, ha asegurado esta
semana Michael Dyke, Marshal de
Estados Unidos, a la agencia
Associated Press con motivo del 50
aniversario de la fuga. El servicio de
Marshals tomó el control de la
investigación –que sigue abierta-
después de que se la cediese el FBI en
1978. “Si los fugados no son
detenidos, se entregan o se prueba
que están muertos, la investigación
sigue activa hasta que cumplan 99
años, cuando expiraran las órdenes de
búsqueda y captura”, dice Dyke.
Los historiadores y parte de las
autoridades de entonces asumieron
que los hombres perecieron en las
frías aguas de la Bahía, a pesar de que
habían fabricado una especie de balsa
con más de 50 gabardinas de la prisión
de la época de la Segunda Guerra
Mundial. Pero ningún cuerpo fue
encontrado. Además, las estadísticas
dicen que dos de cada tres cuerpos
que perecen en la Bahía salen a flote,
lo que refuerza la tesis de que al
menos uno de los presos logró llegar a
tierra sano y salvo. La familia de los
Anglin creen que John y Clarence
consiguieron huir hasta Brasil y han
pasado el resto de sus días en
Suramérica.
Alcatraz fue polémica desde su
apertura. Su vulnerabilidad –cuando se
la definía como inexpugnable- y el
hecho de que la sal del mar corría sus
estructuras metálicas e incluso los
propios cimientos –una reconstrucción
hubiera sido costosísima- llevó al fiscal
general de entonces, Robert Kennedy,
a tomar la decisión de cerrar el penal
en 1963. El cine se ha encargado de
alimentar la leyenda de Alcatraz con
películas más o menos fieles a los
hechos. Sin duda, Fuga de Alcatraz,
dirigida por Don Siegel y con Clint
Eastwood en el papel de Morris, es la
mejor prueba de las primeras.
El último preso en abandonar el penal
fue Frank Watherman. Lo hizo el 21 de
marzo de 1963 y declaró su satisfacción
por el cierre: “Alcatraz nunca hizo
ningún bien a nadie".

El artículo está firmado por Yolanda
Mone y aparece en el periódico "El
País" del 12/06/2012. Esperamos que
no moleste esta transcripción directa
del texto, que es públicamente
accesible para todos a través del
siguiente enlace (solamente nos hemos
saltado un espero que disculpable clic). Link:
http://internacional.elpais.com/
internacional/2012/06/12/
estados_unidos/1339526037_975586.html