12/7/12

LOS ARAMEOS

A principios del siglo XI a.C. ninguno
de los pueblos que vivían en las fértiles
regiones del Próximo Oriente (Siria,
costa Palestina, Mesopotamia o región
Asiria), podía vislumbrar el peligro que
se cernía sobre ellos y los cambios que
se iban a producir. Se trataba de la
presencia de numerosas bandas
nómadas que erraban por el desierto
Sirio-Arábico, ya conocidas desde
antiguo por aquellos pueblos:
documentos asirios de finales del siglo
XIV a.C. ya hablaban de los “aramaia”
o arameos, quienes junto a otros
pueblos nómadas, practicaban el pillaje
en la zona. Pues bien, estas tribus
llegaron a formar una especie de
confederación en la que se agruparon
gentes de pueblos y lenguas muy
próximas, siendo los citados arameos
los más importantes y numerosos, y los
que hicieron prevalecer su nombre y
su idioma.
El nombre procede de cómo llamaban
a la región, Aram-Naharaim, o “Aram
de los dos ríos”, Mesopotamia.
Eran principalmente pastores
trashumantes y se recorrían la zona en
busca de tierras de pasto. Claro, era
normal que se sintiesen atraídos por
las ricas zonas fértiles del valle del
Éufrates, y a partir del siglo XII a.C.
comenzaron a sucederse diferentes
desplazamientos migratorios desde el
desierto Sirio. A partir del XI, como
veníamos diciendo, se acentuaron
estas migraciones, que se vieron
acentuadas por un crecimiento
demográfico y por sucesivas
hambrunas. Los ejércitos asirio y
babilónico poco podían hacer para
detener estas inmensas oleadas de
gente hambrienta sin nada que perder.
El grueso de las invasiones se dirigió
hacia la región Asiria. Allí, el monarca
Tiglathpiliser I los combatió y derrotó:
“Avancé contra los arameos, enemigos
del Dios Assur, mi señor. En solo un
día hice una incursión en las
inmediaciones del país de Suhi hasta
Karquemish, del país de Hatti. Les
infligí pérdidas y conseguí prisioneros,
bienes y numerosos rebaños”. La cosa
en realidad no fue así, sino que este
monarca, como otros cuantos, tuvieron
que acometer durante años diferentes
oleadas de bandas nómadas que
atacaban ese reino. De hecho en una
de estas incursiones consiguieron
llegar hasta Nínive, capital de Asiria, de
la que tuvo que huir despavorido el
rey Tiglathpiliser I.
Pero también hubo ataques más al sur,
siguiendo los valles fluviales del Tigris y
del Éufrates, llegando hasta la misma
Babilonia, Uruk, Nippur y Sippar, en
donde la misma estatua del dios
Shamash fue destruida,
interrumpiéndose su culto durante
más de un siglo. De hecho hacia el
1025 a.C. dejó de existir un poder
organizado en Babilonia por culpa de
las invasiones, así como por las
revueltas de sus hambrientos
conciudadanos. Hasta el 940 a.C. no se
restableció la dinastía legítima en la
ciudad-imperio.
Pero también atacaron al norte, en la
zona de los Hititas, cuyas ciudades
fueron cayendo una a una. De este
modo, la mayor parte de Anatolia
meridional y Siria septentrional pasó a
ser territorio arameo.
Las consecuencias de todo esto fueron
diversas, pero cabe destacar dos: el
arameo se impuso en gran parte de la
región, desplazando a otras lenguas
(entre ellas el hebreo), y toda esta
movida acabó provocando el
nacimiento de un nuevo Imperio Asirio
aun más belicoso, fuerte y cruel: al
mando de Assurnasirpal II (883/859)
emprenderán una serie de campañas
militares para someter a los nuevos
reinos arameos, algo que terminan
haciendo, provocando el fin de estos
pueblos, que quedaron reducidos a su
mínima expresión.
Mas info y fuentes por aquí: http://
es.wikipedia.org/wiki/Arameos , aquí:
http://es.wikipedia.org/wiki/
Reinos_arameos , aquí: http://
www.tierradenadie.de/archivo/
opinion/arameos.htm
Imagen: http://
laprimeraplana.com.mx/2011/05/14/
dioses-arameos-resucitan-de-entre-
las-cenizas/