12/7/12

EL GAROE.

Cuenta la leyenda que desde antiguo
hubo en El Hierro un árbol que
manaba agua. Los bimbaches lo
llamaban Garoé (‘río, laguna’) y era
uno de sus bienes más preciados al no
haber en la Isla más fuente que sus
hojas. Cuando llegaron los
conquistadores, los bimbaches
decidieron mantener en secreto el
escondite de su Árbol Sagrado. Lo
hacían con la esperanza de que los
extranjeros abandonasen el lugar al
no hallar en él ni ríos ni manantiales.
Sin embargo, el secreto sólo se guardó
durante un tiempo: una joven isleña se
enamoró de un soldado europeo y
acabó mostrándole el lugar donde se
hallaba el Garoé. Los conquistadores
no tardaron en apoderarse del árbol,
acabando así con la libertad de los
bimbaches, quienes condenaron a
muerte a la traidora.
Hasta aquí la tradición, pero, ¿qué hay
de cierto en la leyenda del Garoé, el
Árbol Santo de El Hierro?
El Garoé en las fuentes escritas
Y en las tierras más altas hay unos
árboles que gotean continuamente
agua buena y clara, que cae a unas
fosas junto a ellos, la mejor agua para
beber que se podría encontrar; y tiene
tal propiedad que cuando se ha
comido hasta la saciedad y se bebe de
esa agua, antes de transcurrir una
hora todos los alimentos han sido
digeridos y se tiene tanto apetito como
antes de haber bebido [LC (d. 1494:
46v) 2003: 331 o Cioranescu 2004:
180].
Este fragmento, extraído de las
Crónicas francesas de la Conquista de
Canarias, refleja una constante en la
historia del Garoé: el árbol echó raíces
a medio camino entre la realidad y la
ficción. Y es que, a fuerza de exagerar
un hecho explicable por la ciencia, iba
a crearse uno de los mayores misterios
de la antigüedad del Archipiélago.
La existencia real del Garoé está
documentada históricamente. Incluso
tenemos constancia de que siguió en
pie hasta 1610, año en que un huracán
lo derribó. Abreu Galindo afirma en su
Historia que el término donde se
hallaba el árbol se llamaba Tigulahe
(‘reserva, depósito’) y era «vna cañada
que va por un Valle arriva desde la mar
â dar avn fronton de vn rísco» (Abreu
ca. 1590, I, 17). De hecho, aún en la
actualidad podemos visitar el lugar,
situado en las faldas del Macizo de
Ajonce, en el interior de Valverde.
Ahora bien, que el árbol en cuestión
fuese real, no implica que también lo
fuese todo lo que se dijo sobre él.
Como advierte Viera y Clavijo (2004:
141), ni «manaba en una sola noche
veinte mil toneles de agua» ni «extrahia
de la misma aridez del terreno el
humor copioso que despues
destilaba». Comentarios como éstos,
fruto sin duda del entusiasmo y la
exageración vertida por sus
admiradores, distorsionaron la
realidad atribuyendo al Garoé más
cualidades de las que poseía.
Por tanto, es posible concluir con la
profesora Jiménez Gómez (1993: 50)
que «[...] hablar del Garoé es algo más
complejo que la referencia a un árbol
significativo. El Garoé, es un tipo de
árbol, una ubicación geográfica
precisa, un sistema de albercas, un
mecanismo de vida pensado y, por
ello, una estrategia reflexionada para
su protección».
La explicación científica
La respuesta más razonable al enigma
del Garoé es que se tratase de uno o
varios tiles, cuyo follaje provocaba la
condensación de la niebla y un goteo
de agua, conocido actualmente como
lluvia horizontal. El líquido debía de ser
recogido mediante unos depósitos
situados al pie del árbol. Abreu
Galindo describía así este proceso bien
poco sobrenatural:
La manera que tiene en el distilar el
agua este Árbol Santo o garoe, es que
todos los días por las mañanas se
levanta una nube o niebla del mar,
cerca de este valle, la que va subiendo
con el viento Sur o Levante de la
marina por la cañada arriba, hasta dar
en el frontón; y, como halla allí este
árbol espeso, de muchas hojas,
asiéntase en él la nube o niebla y
recógela en sí, y vase deshaciendo y
distilando por las hojas todo el día [...];
y lo mesmo hacen los brezos que
están en aquel contorno, cerca de este
árbol; sino que, como tienen la hoja
más disminuida, no recogen tanta
agua como el til, que es muy más
ancha [Abreu (ca. 1590, I, 17) 1977: 85].
Fuente: http://
www.mundoguanche.com/portada/
articulo.php?
id_articulo=72&idtipo=3&id