17/2/13

Édouard Manet

Édouard Manet (23 de enero de
1832 - 30 de abril de 1883) fue un
pintor francés, reconocido por la
influencia que ejerció sobre los
iniciadores del impresionismo.
De todos los artistas de su tiempo,
Manet era quizás el más
contradictorio. Aunque se le
consideraba un personaje
controvertido y rebelde, Manet se
pasó casi toda su vida buscando la
fama y la fortuna, y lo que quizás
sea más importante, un pintor que
ahora es aceptado como uno de los
grandes, solía mostrarse inseguro
de su dirección artística y
profundamente herido por las
críticas hacia su obra.
Tuvo que esperar al final de su vida
para conseguir el éxito que su
talento merecía. Pese a que se le
considera uno de los padres del
Impresionismo, nunca fue un
impresionista en el sentido estricto
de la palabra. Por ejemplo, jamás
expuso con el grupo y nunca dejó
de acudir a los Salones oficiales,
aunque le rechazaran. Afirmaba que
«no tenía intención de acabar con
los viejos métodos de pintura ni de
crear otros nuevos». Sus objetivos
no eran compatibles con los de los
impresionistas, por mucho que se
respetaran mutuamente.
A Edouard Manet lo podemos
considerar una figura a caballo
entre dos mundos: El Realismo y el
Impresionismo. Son muchos los que
han calificado su estilo como
Naturalista por cuanto se basa en la
observación de la realidad y en la
plasmación de ésta sin violación
ninguna.
Viajó a España, le impresionó su
forma de vida, sus costumbres, el
folclore, el mundo de toreros y
manolas. Aquí, tuvo la oportunidad
de conocer el arte de pintores de la
talla de Velázquez y Goya, ambos
influyen en su obra definitivamente.
Manet es un pintor de la vida
moderna, él encarna el prototipo de
artista que reclamaba Baudelaire.
Bien es verdad que sus obras
suscitaron escándalos de los más
conocidos en la Historia del Arte,
pero nuestro pintor nunca se
propuso ser un radical indómito, al
modo de Courbet. Simplemente el
mundo no estaba preparado para
asumir un arte lleno de verdad
como el suyo, una pintura en que la
vida se presenta tal cual, sin adorno
ni metáfora.
En 1863 presenta su Desayuno
sobre la hierba (Déjeuner sur l
´herbe), la obra suscitó la hostilidad
entre los críticos conservadores y
supuso un gran descubrimiento para
un grupo de jóvenes que más tarde
encarnarían el espíritu del
Impresionismo. Es sabido que el
tema ya contaba con antecedentes
del Renacimiento: Giorgione,
Tiziano, Rafael..., pero Manet lo
interpreta adecuándolo a la
modernidad. Lo mismo sucede con
su Olimpia. Para su desnudo, no
necesitó diosas ni musas como en el
Renacimiento y el Barroco, ni
refinamientos sutiles de línea
ingresca, sino que presenta el
desnudo de una prostituta, una
mujer de la vida contemporánea.
Allí donde todos vieron burla no
había más que modernidad y
veracidad.
Para captar la realidad y su
fugacidad se hizo inevitable la
utilización de una pincelada rápida
y empastada. Este rasgo es el que
después identifica al Impresionismo.
Sin duda, podría afirmarse que con
Manet se inaugura la pintura
moderna.

Imagen: Desayuno en la hierba.
Fuentes: http://www.spanisharts.
com/history/del_impres_s.XX/
manet/manet.html
http://es.wikipedia.org/wiki/
Édouard_Manet