En el reinado de "Eduardo el
Confesor" (1042-1066), un pueblo
de Inglaterra, Coventry, se ahogaba
bajo los impuestos.
El encargado de recaudarlos era
Leofric, el Conde de Mercia, que
lejos de ablandarse ante esta
situación, "apretaba más las
tuercas", por el hecho de que le
reclamasen y se le quejasen
diariamente: los aumentaba, vamos.
La esposa de Leofric, se llamaba
"Godgifú", versión anglosajona de
Godiva, que significa "Gift of God:
regalo de Dios".
Era una dama casta, compasiva y
piadosa, que intercedió ante su
esposo.
Fué tan insistente, que Leofric le
prupuso algo: "Pasea desnuda,
montada a caballo, por el mercado
del pueblo, cuando está lleno de
gente, y les liberaré de sus cargas".
Pero ella aceptó. Así que al día
siguiente, desnuda, y a lomos de su
caballo, cubriéndo sólo su cuerpo
por su largo y bello pelo, bajó al
pueblo. Y se paseó por el mercado.
Los habitantes de Coventry tuvieron
el pudor de no mirarla y cerrar
ventanas y puertas a su paso, por
agradecimiento.
Por supuesto, su esposo no tuvo
mas remedio que cumplir su
promesa...
Imagen: "Lady Godiva", John Collier.