Se sabe que el Rey Arturo y Morgana
guardaban entre sí cierto parentesco,
unos mantienen que eran hermanos,
otros hermanastros. Este hecho en
apariencia sin importancia, puede ser
fundamental ante la sospecha de que
pudieron tener un hijo juntos. Nadie
duda de que Morgana tuvo un hijo, Sir
Mordred, pero tampoco queda claro
quién era su padre. Algunas fuentes
apuntan que era hijo del mismísimo
rey Arturo, fruto de una relación
incestuosa, y que por eso, al quedarse
embarazada, abandonó la corte y se
refugió en la Isla de Avalon. El odio
que sentía Sir Mordred hacia el rey
Arturo, que le llevó a protagonizar una
rebelión contra él y fue artífice de su
muerte, parece confirmarnos su
origen. Para otros Sir Mordred no era
hijo del rey, sino su sobrino, y no
reclamaba lo que era suyo como hijo
natural, sino que lo hizo por ambición.
Nunca faltan las malas lenguas cuando
se trata de mujeres, y contaron
algunos chismosos que Morgana tuvo
varios amantes, entre ellos Sir
Guindomar, otro posible padre para su
hijo. Para quienes contaron esta
historia éste fue el verdadero motivo
de que Morgana abandonara la corte y
se refugiara en la isla, donde fue a
parar el rey para morir.
En los primeros poemas en verso el
papel del hada Morgana era muy
menor: una hermosa y morena hada
que ayudó al rey cuando éste llego en
barco a las aguas de la ista de Avalon,
herido de muerte en la batalla contra
Sir Mordred. Con el transcurso del
ciclo artúrico la personalidad del hada
Morgana se complica. Cuentan que
odiaba a Ginebra, y que, llevada por el
odio, le confesó al rey que su mujer le
era infiel. No sabemos si Ginebra era
infiel, pero sí que esta confesión de
Morgana fue para hacer daño al rey y
desacreditar a su mujer y a los
caballeros de la corte.
La relación con Merlín también es muy
confusa. Si en algunos relatos el mago
y ella mantuvieron relaciones y le
enseñó necromancia, por eso
Morgana sabía brujería, en otros el
Mago conocía las astucias de Morgana
y la odiaba. Entre las múltiples
acusaciones que recibió Morgana se
llegó a decir que le robó al rey su
espada y que la embrujó, aunque no
le sirvió de nada porque fue
descubierta.
Pero entre tantas sospechas,
calumnias y rumores, lo único que
sabemos de verdad es que cuando el
rey fue llevado herido a la Isla de
Avalon, tres hadas llorosas y
encapuchadas de negro lo recibieron
con todo mimo: Morgana o Morgan le
Fay, como se le conocía; Nínive, el
hada encargada de educar a Lanzarote
y que sedujo a Merlín para arrebatarle
sus conocimientos; y Elaine de
Corbenic, que engañó a Lanzarote
para llevarlo a su cama y con quien
tuvo a Galahad, el único caballero que
alcanzó la posesión del Grial.
Es posible que conozcais muchísimas
versiones sobre Morgana y penseis
que cualquiera puede ser verdadera.
Son sólo teorías. En cine no faltan
sobre la vida del rey Arturo, y nunca
falta Morgana. En Los Caballeros del
Rey Arturo, aunque Ginebra era rubia
y Morgana morena, encontramos a
una bella y morena Ginebra, y a una
rubia y astuta Morgana. La historia
entre Ginebra y Lancelot es totalmente
platónica, de un amor puro y una fiel
Ginebra como protagonista, aunque
Morgana intenta hacer creer al rey lo
contrario, insinuándole al rey que hay
mucho más que amistad y respeto
entre Ginebra y Lancelot. Merlín
desconfía siempre de Morgana, y sabe
que su verdadera intención es
desacreditar a los caballeros de la
corte ante los ojos del rey.
Ésta es una interpretación, veamos
otra:
No olvidemos otros muchos rumores
que pueden dar luz a la historia. Tal
vez fue Morgana la verdadera víctima
de las murmuraciones, seguramente
por odio. Cuentan por ahí que Ginebra
la odiaba y que, cuando Morgana vivió
en la corte, Ginebra le hizo la vida
imposible y se opuso siempre a ella,
otro de los motivos que se apuntan
para que Morgana abandonara la
corte. Tal vez Ginebra sí le fue infiel al
rey Arturo y Morgana sólo fue quien la
descubrió. Puede ser que de ahí
viniera el odio entre las dos mujeres.
Puede ser que todo fueran falsas
acusaciones para manchar el nombre
de alguien que odiamos. A esto se le
llama venganza. Tal vez no fuera ella la
conspiradora, sino la víctima, y más
dulce y terrible fue la venganza de
Ginebra, cuyos rumores cambiaron la
historia.
No sé cuál es la verdadera historia de
Morgana, si es que la hay, sólo son
suposiciones. Yo sólo quería que se
recordara su nombre: Morgana le Fay.
Fuente: irlandairlanda.