No habrá una sola cosa que no sea
una nube. Lo son las catedrales de vasta piedra y bíblicos cristales
que el tiempo allanará. Lo es la
Odisea. que cambia como el mar. Algo hay destino cada vez que la abrimos. El reflejo de tu cara ya es otro en el espejo y el día es un dudoso laberinto.
Somos los que se van. La numerosa nube que se deshace en el poniente es nuestra imagen. Incesantemente la rosa se convierte en otra rosa.
Eres nube. Eres mar, eres olvido.
Eres también aquello que has
perdido.
Jorge Luis Borges
Fotografía: Kasia Derwinska