26/3/14

ERNEST HEMINGWAY POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS (Fragmento)

“—Creo que es así —asintió Anselmo—. Lo ha dicho usted de una forma tan clara, que creo que tiene que ser así. Pero, con Dios o sin Dios, creo que matar es un pecado. Quitar la vida a alguien es un pecado muy grave, a mi parecer. Lo haré, si es necesario, pero no soy de la clase de Pablo.
—Para ganar la guerra tenemos que matar a nuestros enemigos. Ha sido siempre así.
—Ya. En la guerra tenemos que
matar. Pero yo tengo ideas muy raras —dijo Anselmo. Iban ahora el uno junto al otro, entre las sombras, y el viejo hablaba en voz baja, volviendo algunas veces la cabeza hacia Jordan, según trepaba.
—No quisiera matar ni a un obispo. No quisiera matar a un propietario, por grande que fuese. Me gustaría ponerlos a trabajar, día tras día, como hemos trabajado nosotros en el campo, como hemos trabajado nosotros en las montañas, haciendo leña, todo el resto de la vida. Así sabrían lo que es bueno. Les haría que durmieran donde hemos dormido nosotros, que comieran lo que hemos comido nosotros. Pero, sobre todo, haría que trabajasen. Así aprenderían.
—Y vivirían para volver a esclavizarte.
—Matar no sirve para nada —insistió Anselmo—. No puedes acabar con ellos, porque su simiente vuelve a crecer con más vigor. Tampoco sirve para nada meterlos en la cárcel. Sólo sirve para crear más odios. Es mejor enseñarlos.
—Pero tú has matado.
—Sí —dijo Anselmo—: he matado
varias veces y volveré a hacerlo. Pero no por gusto, y siempre me parecerá un pecado.”

"Por quién doblan las campanas", en inglés "For Whom the Bell Tolls", es una novela publicada en 1940, cuyo autor, Ernest Hemingway (en la foto junto a un soldado republicano en el frente de Aragón - Foto de Robert Capa) , participó en la Guerra Civil Española como corresponsal, pudiendo ver los acontecimientos que se sucedieron durante la contienda.
El título procede de la "Meditación
XVII" de "Devotions Upon Emergent Occasions" (1624), obra perteneciente al poeta inglés John Donne (1572- 1631):
"Nadie es una isla, completo en sí
mismo; cada hombre es un pedazo de continente, una parte de la tierra.; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntar por quien doblan las campanas: doblan por ti"