5/5/12

HABLEMOS DE LA SOCIOLOGÍA

Son tiempos difíciles, el sentido común se ve
aprisionado en una civilización
carente de fuego en la sangre.
Nos comemos la moda de «lo que se
lleva» mansamente, mientras otros se
benefician de nuestro beneplácito dócil
y autodestructivo.
En estos tiempos la política ha pasado
de ser el trato diplomático entre las
personas, que persigue, en base a una
ética y unos principios, un bien común;
a ser una clase social carente de todo
principio y, lo que es peor, de una
finalidad. La ideología ha dado lugar a
los intereses y el «trapacerismo».
Se han inventado unos conceptos
como la «rentabilidad», «el estado del
bienestar», un falso concepto de
«libertad», una falsa «democracia», etc.;
y los políticos se limitan a mantener
ese estado de las cosas que les
beneficia mientras engordan sus
sueldos a la vez que congelan los de
sus compañeros, los trabajadores
públicos.
Eso sí: todo por el bien
común.
Y para sanear las cuentas se exige a
los gobernantes de los países que
desmonten la economía familiar de su
gente y dinamiten los derechos del
trabajador; pero nunca se les exige
que minimicen sus propios gastos; no
se les exige que disuelvan tantos
estamentos oficiales que duplican y
multiplican las competencias hasta
convertir nuestro mundo en un
maremagnun legaloide en el que nadie
entiende nada; leyes que modifican
leyes que modificaban otras leyes…;
locura, sinsentido.
Las gentes nos
miramos unas a otras pensando «eso
no me pasará a mí», y desahogamos
nuestra impotencia en correos con
PowerPoint autocompasivos y en
movimientos 15M que no sirven para
nada porque, en realidad, no saben lo
que quieren.
Mientras los grandes planifican una
guerra cuyos tambores ya atruenan el
mundo entero, los medios de
comunicación nos entretienen con
visitas de presidentes a otros
presidentes, recepciones diplomáticas
de reyes a otros reyes y farándula
ridícula de pseudoartistas cuyos
cuadros no se sabe si han sido hechos
por una persona o por un chimpancé.
Ya las canciones no hablan del amor
de un hombre a una mujer a la que
admira viendo en ella algo demasiado
sublime y hermoso, algo demasiado
dulce y excitante como para creerse
merecedor de ella.
Ya las mujeres no se hacen valer ante
los hombres; las cantantes tienen que
pasar por el rasero de la desnudez
pública para abrir las puertas hacia el
gran público.
Alguien dijo una vez: «Si quieres
corromper a una sociedad, corrompe a
sus mujeres». La mujer es la tierra en la
que se gesta la vida. Es el origen de
toda creación. Si envenenamos la
tierra, ¿qué planta puede salir?
¿Evolución? ¿Dónde está la Evolución?
Como dijo el V.M. Samael, ¿alguien
podría comprender una evolución
infinita? ¿Cómo podría existir la
evolución sin involución? ¿Cómo
podría involucionar, corromperse, algo
que antes no ha evolucionado? ¿En
qué momento hemos pensado que
nosotros no estamos afectados por los
ciclos evolutivos e involutivos que
conforman la Naturaleza?
¿Dónde están las personas? ¿Dónde
estamos? Nos roban los derechos, la
dignidad y hasta el dinero, y todos
seguimos apoltronados haciendo
«zapping» entre partido y partido de
fútbol, y preocupados por dónde
conseguir lo último que hoy es
una novedad pero el mes que viene
quedará siendo una antiguedad.

Fuente: Henry Manzueta