Imaginen esta conversación:
A: los triángulos tienen cuatro lados
B: usted no tiene razón porque no ha
estudiado geometría.
Un argumento falaz conocido como “Tu
Quouque”, que se basa en la típica
replica a un interlocutor con la forma
“y tú también” o “y tú más”. En realidad
este argumento se engloba dentro de
un campo mayor, conocido como
Argumento ad Hominem, un tipo de
falacia lógica que consiste en afirmar
que algo es falso o relativo sin aportar
razones que lo avalen, atacando o
desacreditando al que afirma o
defiende algo, señalando una
característica o creencia de este.
Siguiendo el ejemplo propuesto, la
premisa afirmada por el sujeto A (los
triángulos tienen cuatro lados), no es
cierta, pero no sirve como
argumentación que el sujeto A no haya
estudiado geometría, como plantea el
sujeto B. Una argumentación valida
desde el punto de vista lógico hubiese
sido: “usted se equivoca, los triángulos
solo tienen tres lados. Dibuje uno y lo
comprobará”.
Otro ejemplo:
A: El subsidio de desempleo es
necesario para mantener la economía
familiar de las personas en paro.
B: Tú nunca has estado en paro, así
que no puedes hablar sobre eso, y
mucho menos defenderlo.
En este caso la afirmación de A, aun
siendo una opinión, no es una
falsedad, como la afirmación de los
triángulos del ejemplo anterior. Esto
lleva a una idea interesante: no
siempre que exista un argumento ad
hominem la afirmación de A es
verdadera, ya que esto es también una
falacia conocida como Argumento ad
logicam, de la que ya hablaremos.
Por otro lado, de este tipo de falacia
existen dos variedades: una forma
abusiva, que es la hasta ahora
expuesta (“dices que los ateos pueden
ser personas de moral. Sin embargo, tu
eres ateo y yo sé que abandonaste a tu
esposa e hijos.") y otra persuasiva,
pues se pretende persuadir a alguien
de aceptar una afirmación que hemos
hecho refiriéndose las circunstancias
de esa persona (“es totalmente licito
matar animales para la alimentación.
Espero que estés de acuerdo, pues
aunque eres vegetariano, te veo feliz
con tus zapatos de cuero”)
Una forma interesante, menos obvia y
bastante empleada en la de rechazar
una afirmación amparándose en el
hecho de que fue afirmada también
por una personalidad altamente
criticable. Por ejemplo: “tú criticas a los
judíos por lo que está pasando con
Palestina. Hitler estaría de acuerdo
contigo”….
Como en el caso del argumento Tu
Quoque, ni siempre en falaz referirse a
las circunstancias de un individuo que
hace una declaración, por ejemplo,
cuanto éste es alguien con autoridad
moral, pero que en la práctica no lleva
a cabo (por ejemplo, un político o un
policía corrupto). Alguien que sea un
mentiroso conocido o un manipulador
puede ser atacado con este
argumento, que le restará credibilidad
pero no probará que su testimonio sea
falso ni alterará la confiabilidad de
cualquier razonamiento que haga. Por
ejemplo: “Jefferson dijo en más de una
ocasión que la esclavitud era una
barbaridad, sin embargo tenía
esclavos”. Esto relativizaría la
coherencia de Jefferson, si es lo que se
pretende, pero no sirve para intentar
demostrar que la esclavitud es buena…
¿Me explico?
Algunos filósofos, por ejemplo
Schopenhauer aceptaba el empleo de
este argumento sin considerarlo falaz,
por ejemplo, si el interlocutor “es
partidario de una secta con la que no
estamos de acuerdo, podemos utilizar
contra él las máximas de esa secta
como principia” (Arthur Schopenhauer,
“El arte de tener razón”)
Existen falacias parecidas a esta, aparte
de la Tu Quoque, como el Argumento
ad verecundiam, en el que se intenta
demostrar algo amparándose en el
prestigio de quien lo dice o de alguien
que lo dijo ("Isaac Newton fue un
genio y creía en Dios")
Mas info y fuentes aquí: http://
es.wikipedia.org/wiki/Ad_hominem ;
aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/
Falacia, aquí: http://es.wikipedia.org/
wiki/Argumento_ad_verecundiam y
aquí: http://www.usoderazon.com/