Jeremias Bentham, inventor del
pannóptico (del que tanto trato
Foucault en "Vigilar y catigar"), un
complejo penitenciario en el que los
reclusos estaban totalmente vigilados
por el ojo del poder, después de
muerto su cuerpo (en una suerte de
paradoja del destino) fue
enbalsamado, disecado y expuesto a
las miradas de todos los curiosos...