François-Auguste-René Rodin (París, 12
de noviembre de 1840 - Meudon, 17 de
noviembre de 1917) fue un escultor
francés contemporáneo de la corriente
impresionista. Enmarcado en el
academicismo más absoluto de la
escuela escultórica neoclásica, no sólo
fue el escultor encargado de poner fin
a más de dos siglos de búsqueda de la
mimesis (a partir de Aristóteles, se
denomina a la imitación de la
naturaleza como fin esencial del arte)
en las artes tridimensionales, sino que
además dio un nuevo rumbo a la
concepción del monumento y la
escultura pública. Debido a esto, Rodin
ha sido denominado en la historia del
arte como «el primer moderno».
Para Rodin el artista no debía ser un
esclavo del modelo, al contrario: era el
artista el que escogía, con su propio
ojo y sensibilidad, el objeto a
representar y por medio de su
imaginación era capaz de modificarlo
para crear una imagen nueva a los
ojos del mundo. Anatómicamente
puede decirse que falta una lógica
entre las proporciones, pues éstas son
utilizadas para resaltar el sentimiento.
El proceso por el cual están hechas
sus esculturas es el vaciado, y aunque
en la actualidad conocemos estas
piezas trabajadas en bronce, en su
época Rodin elaboraba estas piezas en
yeso: vaciaba el yeso, material usado
como borrador y desechado por los
escultores, como una manera de
criticar al circuito del arte y a la
escultura en mármol (blanco igual que
el yeso, pero infinitamente más
costoso), reconocida como la única
oficial. Su mensaje era claro: la imagen
es superior al material con el que está
construido.