8/4/12

EL SER HUMANO TOMA CONCIENCIA: EL TIEMPO-EJE

En 1883 nació en Alemania Karl
Jaspers, psicólogo y filósofo, asociado
con el existencialismo de Nietzsche o
Kierkegaard, aunque en realidad
bastante lejano a estos señores de los
que algún día hablaremos, al igual que
de Jaspers, del que hablaremos mucho
más adelante.
Lo saco a colación ahora por un
concepto interesantísimo que propuso
en su genial libro “Origen y meta de la
historia”. Se trata de algo que el
alemán denominaba “El Tiempo-Eje”,
algo no concluyente ni palpable, algo
mas allá del academicismo prepotente
empeñado en demostrar todo. Se
trataría de un “eje” trascendental para
la historia del pensamiento de la
humanidad, que según Jaspers, parece
estar situado entre los siglos VI y II a.c.
En este periodo que Jaspers denomina
“Tiempo-Eje” se concentran y coinciden
multitud de hechos, personajes e ideas
extraordinarias, tanto en oriente como
en occidente.
En China viven Confucio y Lao-Tse,
aparecen todas las direcciones y
temáticas de la filosofía china, meditan
Mo-Ti, Chuang-Tse, Lie-Tse y otros
muchos. En la India surgen los
Upanishads, vive Buda, se desarrollan
también todas las tendencias
filosóficas, muchas similares a las
occidentales (materialismo, sofistica,
nihilismo…). En Iran enseña Zoroastro
la doctrina dualista del bien contra el
mal y viceversa. En Palestina surgen los
profetas, desde Elias, siguiendo con
Isaías y Jeremías. En Grecia
encontramos a Homero, los filósofos
(Parmenides, Heráclito, Platón), los
trágicos, Arquímedes…
Y lo más importantes es que todos
estos nombres, filosofías e ideas
surgen sin que supieran unos de
otros. Eso es lo maravilloso del
“Tiempo-Eje”. En todos estos lugares el
hombre toma conciencia
simultáneamente de sí mismo y de sus
límites. Siente el mundo como un lugar
terrible y despiadado, y se ve a sí
mismo impotente ante el devenir de los
acontecimientos. Y esto le lleva a
formularse preguntas radicales y
trascendentales (¿Por qué estamos
aquí? ¿Por qué morimos? ¿Por qué
nacemos?...)
En aquellos trascendentales siglos, el
ser humano, desde el abismo de la
frustración existencias, desde el dolor
y la angustia, se esfuerza en liberarse y
salvarse, proponiéndose las finalidades
más altas: comprender, encontrar el
sentido de la vida y de la muerte, hallar
motivos para vivir… Y esto le lleva a
experimentar (en algunos casos a
encontrar) lo incondicionado, lo
absoluto… y así el ser humano llega al
Dios de los judíos, a las Ideas de
Platón, al dualismo Zoroástrico, al
dolor de Buda, a la reencarnación
hindú… el ser humano aspira a ser, no
solo AQUÍ y AHORA, sino siempre.
Pero lo hace, por primera vez, desde la
razón, no desde el mito, lo hace
creando dioses e ideas que justifiquen
sus aspiraciones.
Pero también en estos siglos
fascinantes el ser humano se ve en la
necesidad de regular su
comportamiento, y surge la ETICA,
basada en la justicia, que cada pueblo
legitimara de forma diferente (unos
con dioses vengativos e iracundos,
otros con reencarnaciones
purificadores, otros con el desprecio
hacia el mundo físico…), pero que
tiene como objetivo claro la
convivencia entre todos.
Esa transformación de la experiencia
humana puede calificarse como
“Espiritualización”. El hombre ya no
está solo, aunque sigue con dudas, y,
por tanto, abierto a nuevas e ilimitadas
posibilidades. A partir de ahora el ser
humano pregunta, comprende,
escucha, dialoga y filosofea. Y aunque
solo sean unos cuantos eruditos, esta transformación, a la larga,
cambiara la conciencia global del
hombre.
El ser del hombre dara en su totalidad
un gran salto.