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MUJERES PIRATAS

Anne Bonny, junto con Mary Read,
fueron las dos mujeres piratas más
famosas del siglo XVIII, aunque no
fueron las únicas de la historia.
Había también la irlandesa Grace
O’Malley, llamada “Graine Mhaol”
debido a su pelo corto; Ching Shih, la
reina de los piratas chinos que tomó
el control de la enorme flota pirata
de su último marido cuando lo
mataron en un tifón en 1807;
Charlotte De Berry de Inglaterra;
Fanny Campbell de Massachusetts; y
la despiadada Ann Mills.
Anne Cormac nació en County Cork,
en 1698, como hija ilegítima de un
importante abogado irlandés, William
Cormac y de la criada de la familia,
Mary Brennan. Después del
escándalo, sus padres marcharon a
Charleston donde su padre ejerció
como abogado y se convirtió en un
rico comerciante.
Anne era una niña con mucho
temperamento que montaba a caballo
y usaba las pistolas mejor que
muchos muchachos de su edad. El
genio de Anne era bien conocido y se
cuenta que cuando era una
adolescente apuñaló a una criada
inglesa de la plantación con un
cuchillo de carnicero.
Aburrida de la vida tranquila en la
plantación de su padre, Anne buscó
nuevas aventuras y se enamoró de un
antiguo pirata llamado James Bonny.
Se casó con él y adoptó así el nombre
de Anne Bonny. Al parecer, James
había planeado robar la plantación
de Guillermo Cormac a través del
matrimonio con su hija, pero el padre
de Anne lo descubrió y la desheredó.
La leyenda cuenta que como
venganza, Anne quemó la plantación
de su padre, aunque este hecho no
consta en ningún documento de la
época.
James Bonny se llevó a Anne a las
Bahamas, a New Providence
(actualmente Nassau), donde se
convirtió en el informador del
gobernador Woodes Rogers en su
lucha contra los piratas. Al poco
tiempo, Anne le abandonó por John
“Calico Jack” Rackham, un antiguo
pirata que había obtenido un perdón
real. Jack le compraba regalos y le
instó a abandonar a su marido por
él. Parece ser que Calico ofreció
dinero a James Bonny para comprar la
libertad de Anne, pero James recurrió
al gobernador para retenerla.
Entonces Anne y Jack decidieron huir
y volver a la piratería.
Cuando Anne se quedó embarazada,
Calico Jack la llevó a Cuba y la dejó
en compañía de unos amigos para
dar a luz a su hijo. Anne esperaba
tener una niña que la ayudara a
establecerse en tierra, pero el bebé
nació dos meses antes de lo previsto
y murió al cabo de una hora de
nacer. Anne estaba destrozada por la
pérdida de su hija cuando Jack la fue
a buscar y se la llevó a New
Providence para que se recuperara.
Anne vestía ropas masculinas, era
experta en el manejo de las pistolas y
del machete y era considerada tan
peligrosa como cualquier hombre
pirata. Jack acogía a marineros de
barcos capturados como tripulación
forzosa para sus barcos. Un joven
marinero capturado llamado Mark
Read resultó ser una joven inglesa
cuyo nombre era Mary Read. Rackhan
permitió a Mary continuar con su
disfraz y unirse al grupo. Ambas se
hicieron muy famosas por sus
múltiples hazañas en el mar y por
demostrar más valor que muchos
hombres, la cual cosa se demostró en
su última batalla.
En octubre de 1720, la recompensa
por sus cabezas era bastante
elevada. El gobernador de Jamaica se
enteró de la presencia de Calico y
envió un barco armado para capturar
al capitán y a la tripulación. La nave
de Calico, llamada
“Revenge” (Venganza), fue cogida por
sorpresa y solamente Anne y Mary
lucharon en cubierta mientras los
demás piratas se emborrachaban en
sus camarotes.
Anne y Mary Read también fueron
capturadas pero confesaron ser
mujeres ante el tribunal y abogaron
por ser juzgadas separadamente de
los hombres. Tanto Anne como Mary
conocían la ley inglesa que prohibía
colgar a una mujer embarazada y por
eso hicieron llamar a un doctor que
confirmó que ambas eran mujeres y
que estaban embarazadas de unos
seis meses. Entonces el tribunal
ordenó que serían juzgadas por
separado después de que dieran a
luz, pero igualmente fueron
condenadas a la horca.
Mary Read escapó de la horca al
morir de una fiebre mientras estaba
en la cárcel. Anne, sin embargo,
recibió varios aplazamientos de su
ejecución hasta que misteriosamente
desapareció de los expedientes
oficiales. Hay diferentes teorías sobre
su supuesto final. Se cree que su
padre, que tenía contactos en la isla,
perdonó a su hija y la rescató para
traerla de nuevo a Carolinas, donde
le consiguió un nombre nuevo y una
nueva vida a sus 20 años. Pero hay
otras teorías que afirman que volvió
con su marido, o incluso existe el
mito de que se hizo monja.
Fuente: Talahasa, revista digital
Imagen: Digital, de ©MK3
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