"Pero el amor, esa palabra...
Moralista Horacio, temeroso de
pasiones sin una razón de aguas
hondas, desconcertado y arisco en
la ciudad donde el amor se llama
con todos los nombres de todas las
calles, de todas las casas, de todos
los pisos, de todas las habitaciones,
de todas las camas, de todos los
sueños, de todos los olvidos o los
recuerdos. Amor mío, no te quiero
por vos ni por mí ni por los dos
juntos, no te quiero porque la
sangre me llame a quererte, te
quiero porque no sos mía, porque
estás del otro lado, ahí donde me
invitás a saltar y no puedo dar el
salto, porque en lo más profundo de
la posesión no estás en mí, no te
alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu
risa, hay horas en que me
atormenta que me ames (cómo te
gusta usar el verbo amar, con qué
cursilería lo vas dejando caer sobre
los platos y las sábanas y los
autobuses), me atormenta tu amor
que no me sirve de puente porque
un puente no se sostiene de un solo
lado, jamás Wright ni Le Corbusier
van a hacer un puente sostenido de
un solo lado, y no me mires con
esos ojos de pájaro, para vos la
operación de] amor es tan sencilla,
te curarás antes que yo y eso que
me querés como yo no te quiero.
Claro que te curarás, porque vivís
en la salud, después de mí será
cualquier otro, eso se cambia como
los corpiños. Tan triste oyendo al
cínico Horacio que quiere un amor
pasaporte, amor pasamontañas,
amor llave, amor revólver, amor
que le dé los mil ojos de Argos, la
ubicuidad, el silencio desde donde
la música es posible, la raíz desde
donde se podría empezar a tejer
una lengua. Y es tonto porque todo
eso duerme un poco en vos, no
habría más que sumergirte en un
vaso de agua como una flor
japonesa y poco a poco empezarían
a brotar los pétalos coloreados, se
hincharían las formas combadas,
crecería la hermosura. Dadora de
infinito, yo no sé tomar,
perdoname. Me estás alcanzando
una manzana y yo he dejado los
dientes en la mesa de luz. Stop, ya
está bien así. También puedo ser
grosero, fájate. Pero fijate bien,
porque no es gratuito". (Cap. 93)
1963-2012
"Rayuela" (Julio
Cortázar)