8/3/13

Me estás tapando el sol.

A Diógenes quizás muchos lo recuerden por el síndrome que lleva su nombre, uso absolutamente inapropiado de una figura que lejos de la acumulación despreció todo tipo de bienes y posesiones materiales... tanto es así que vivía en un barril y su única pertenencia era un vaso con el que bebía el agua hasta que al ver a un niño bebiendo con las manos lo tiró por considerar que era superfluo el tenerlo. La anécdota más popular, que también muestra este desapego connatural, es aquella en la que Alejandro Magno se le acercó y le habló: <>, a lo que sin inmutarse nuestro héroe respondió <<< y yo Diógenes el perro>>; tras esto, magnánimo en su soberanía el Magno quiso hacerle un regalo y dijo «¿Hay algo que pueda hacer por ti?», a lo cual Diógenes le espetó: «Sí, correrte. Me estás tapando el sol.»