7/3/13

LA MALINCHE, TRADUCTORA Y MUJER DE HERNÁN CORTÉS

La Malinche es el mote con el que
ha pasado a la Historia Malinalli
Tenépatl, mujer de la clase alta
azteca que por avatares históricos
llegó a convertirse en pieza clave de
la conquista española del imperio
mexica.
Malinalli nació cerca de
Coatzacoalcos, Veracruz, siendo hija
de un cacique mexica local. El padre
murió cuando la niña era pequeña y
su madre volvió a casarse, pero se
deshizo de su hija vendiéndola como
esclava a unos mercaderes mayas.
Gracias a esto y a su inteligencia
natural, Malinalli dominaba el
náhuatl (lengua de los aztecas-
mexicas) y el maya de sus amos
cuando llegaron los primeros
conquistadores españoles. En tierras
de lo que hoy es Tabasco los
españoles derrotaron a los mayas en
la Batalla de Centla y como muestra
de sumisión el cacique local entregó
a Cortés y sus hombres 20
adolescentes para que las tuvieran
de concubinas; pero como en
España estaba vedado amancebarse
y mucho más con mujeres no
bautizadas se les dio el sacramento
a las chicas para que éstas pudieran
casarse con soldados españoles. A
Malinalli le pusieron el nombre de
Marina y fue dada en matrimonio a
un primo lejano de Cortés, el joven
capitán Alonso Hernández
Portocarrero.
Poco tiempo después empezaron los
contactos de los aztecas con Cortés,
pero nadie de ellos entendía su
lengua, así que se empezó a buscar
algún indio que entendiese náhuatl y
maya para que a través del fraile
Jerónimo de Aguilar hicieran de
traductores a los españoles ya que
el monje hablaba maya por haber
vivido con ellos tras su naufragio
del que también sobrevivió Gonzalo
de Córdoba, pero éste último no
quiso volver con los españoles por
haberse casado con una maya,
tenido hijos con ella e integrado
completamente en la cultura que le
acogió.
Como pronto se supo que doña
Marina hablaba con fluidez el maya
y el náhuatl se le arrebató a su
marido para pasarla al servicio de
Cortés quien además de tenerla
como traductora la convirtió en su
concubina y tuvo un hijo con ella:
Martín Cortés, uno de los primeros
mestizos mexicanos. Pero el bebé le
fue quitado para educarse con un
familiar de su padre y aunque
durante un tiempo fue ilegítimo
Hernán Cortés consiguió que el
mismo papa lo reconociera como
hijo suyo con todos los derechos. A
Cortés los aztecas le apodaban
despectivamente "Malinche" por el
nombre de su concubina. Marina
ayudó a los españoles no sólo como
traductora, sino también como
espía ya que escuchaba las
conversaciones de los indios y le
contaba sus planes a Cortés.
Doña Marina fue casada
nuevamente (su marido Alonso
murió en prisión) con otro capitán
español del que tuvo una hija.
Marina murió hacia 1529,
posiblemente de viruela.
En México existe una gran aversión
hacia la figura de Malinalli-Malin
che-Marina porque se le tiene por
traidora de la patria al trabajar para
el conquistador español, aunque en
ese entonces ni existía México y ella
no tenía patria. Así que los
mexicanos usan la palabra
"malinchista" para señalar
despectivamente a la persona que
prefiere lo extranjero a lo nacional
(especialmente lo español) y a los
mexicanos que se casan con
españoles en vez de hacerlo con
compatriotas suyos.