8/3/13

APOLO Y DAFNE - GIAN LORENZO BERNINI

Entre las mejores esculturas del
barroco hay que dar un lugar de
honor a esta marvillosa obra
llamada "Apolo y Dafne", una
escultura realizada en marmol y a
tamaño natural por el sensacional
escultor italiano Gian Lorenzo
Bernini entre los años 1622 y 1625
y que actualmente se expone en la
Galeria Borghese de Roma.
La escultura se basa en el mito que
cuenta como Apolo, muy hábil con
el arco, quiso competir con Eros en
el arte de lanzar flechas. Eros,
molesto por la arrogancia de Apolo,
ideó vengarse de él y para ello le
arrojó una flecha de oro, que
causaba un amor inmediato a quien
hiriere y paralelamente hirió a la
ninfa Dafne con una flecha de
plomo que por contra causaba el
rechazo amoroso. De esta manera
cuando Apolo vio un día a Dafne se
sintió herido de amor y se lanzó en
su persecución, pero Dafne, que
sufría el efecto contrario, huyó de
él con todas sus fuerzas y corrió
hasta quedar agotada, momento en
el que pidió ayuda a su padre, el río
Peneo, el cual determinó convertir a
Dafne en laurel. Cuando Apolo
alcanzó a Dafne, ésta iniciaba la
transformación: su cuerpo se cubrió
de dura corteza, sus pies fueron
raíces que se hincaban en el suelo y
su cabello se llenó de hojas. Apolo
se abrazó al árbol y se echó a llorar.
Y dijo: «Puesto que no puedes ser
mi mujer, serás mi árbol predilecto
y tus hojas, siempre verdes,
coronarán las cabezas de las gentes
en señal de victoria», resultando
este el origen de las coronas de
laurel.
Gian Lorenzo Bernini (1598-1680)
posiblemente el mejor escultor del
barroco, captura la transformación
de Dafne con intensa emoción,
retratando las diferentes etapas de
sus cambios. Al igual que sucede en
otra de sus sensacionales obras, el
Rapto de Proserpina, la obra nos
pide una visión global y que la
rodeemos para ver todos sus
ángulos ya que vista desde la
espalda de Apolo, la figura de Dafne
queda oculta, mostrándonos sólo el
árbol en que quedará transformada,
pero si buscamos la parte frontal de
la estatua tendremos la visión de la
ninfa en pleno proceso de
metamorfosis. Bernini nos deja esas
marvillosas manos convirtiendose
en ramas pobladas de unas
delicadisímas hojas de marmol
completamente imposibles a
nuestros ojos, o su piel haciendose
corteza, o la maravilla de su pelo
agitado por la carrera. La figura de
Apolo tiene ecos del Apolo
Belvedere de Leocares, mostrandose
como un muchacho andrógino,
joven y delgado, adornado con un
peinado casi femenino, tal y como
era concebido en el perido
helenistico en el que busca
inspiración el escultor. Apolo en la
mitologia predicaba la moderación y
la sobriedad, pero aqui Bernini lo
muestra decidido y anhelante,
persiguiendo desesperadamente el
amor de una Dafne que en último
instante escapa a sus deseos. La
composición se encuentra llena de
dinamismo y el grito de horror que
escapa de Dafne y el rostro perplejo
de Apolo muestran el interes del
escultor por plasmar el memento
con el mayor realismo posible. Y
vaya si lo consiguió!!!
El texto es una adaptación personal
de la reseña de Wikipedia