22/11/13

Grandes epidemias de la historia

Hace más de 3000 años, los egipcios
sufrieron un terrible ataque de
viruela que afectó a varios miembros
de esta antigua civilización. La misma
enfermedad, siglos después, azotó a
Japón en el siglo VIII y sirvió como
elemento de dominación de las
poblaciones nativas de América,
cuando, en el siglo XVI, los
colonizadores españoles transmitieron
la enfermedad a los aztecas.
En el siglo V antes de Cristo el
mundo griego estaba experimentando
un terrible conflicto interno, que
colocaba a los atenienses y
espartanos en los lados opuestos. La
conocida como Guerra del Peloponeso
fue un conflicto militar que marcaría
la derrota de los atenienses. Según
relatos de la época, como si no fuera
suficiente habilidad militar de sus
enemigos, los atenienses fueron
atacados por una enfermedad terrible
y misteriosa llamada la gran plaga de
Atenas.
Aún en el mundo antiguo, también
hay que destacar la malaria como una
enfermedad ya reconocida por los
romanos. Entonces, desconociendo la
relación entre el mal y la picadura
del mosquito Anopheles, se creía que
se contrajo la malaria en las regiones
llenas de mal aire. No por acaso,
como medida preventiva, buscaron
aterrar a las regiones pantanosas que
encontraban. Actualmente, cerca de
250 millones de personas continúan
sufriendo esta anomalía.
Llegado el periodo medieval, el
movimiento de las Cruzadas promovió
que la población europea sufriera la
lepra. Los soldados cristianos que
fueron afectados por la enfermedad,
en lugar de ser vistos con disgusto,
recibían el beneplácito en
reconocimiento de sus hechos
sagrados. Dos siglos más tarde, a
causa de las pésimas condiciones de
higiene de las ciudades, la peste
negra mató a más de 25 millones de
europeos en sólo tres años.
Contrariamente a la creencia popular,
la falta de planificación urbana había
servido para la difusión de otras
enfermedades a través del tiempo. En
el siglo XIX, varios asiáticos urbanos,
europeos y estadounidenses se vieron
afectados con los efectos
devastadores del cólera. Del mismo
modo, los efectos de la fiebre tifoidea
fueron decisivos para acabar con la
vida de la mayor parte de los
soldados de Napoleón que perecieron
en tierras rusas.
En el siglo pasado, los horrores de la
Segunda Guerra Mundial no podrían
estar relacionados solamente al poder
bélico de los países implicados en el
combate. La gripe española terminó
matando a cerca de 20 millones de
personas que viven en Europa o fue
allí entre los años 1914 y 1918. Al
final de ese siglo, la generación del
amor libre quedo aterrorizada
cuando, en la década de 1980, el
SIDA se convirtió en una terrible
epidemia que hoy acumula un índice
de 35 millones de afectados.