16/11/13

El cementerio de los sabores difuntos de Ben & Jerry

Ben & Jerry no es una empresa como
las demás. El fabricante de helados
tiene una política de empresa poco
convencional, e incluso extravagante
en ocasiones: sus fundadores, por
ejemplo, no dudaron en apoyar el
movimiento Occupy Wall Street (el 15-
M neoyorkino) en 2011. También
tiene la sensibilidad –y el sentido del
humor- para diseñar una fábrica de
helado que ¡funciona con los propios
helados!
Esa misma fina ironía es la que llevó
a Ben & Jerry a abrir un cementerio
en el cuartel general de la empresa
en Nueva Inglaterra (EEUU), en la que
se rinde memoria a los sabores que
dejaron de fabricarse, bien por
agotamiento o por su fría (o
deberíamos decir “cálida”) acogida
por parte de los clientes.
En el santuario reposan los “restos”
del Urban Jumble (2000-2001),
chocolate y coco con almendras; del
sorbete de Purple Passionfruit
(1996-2001), fruta de la pasión y
moras, o el efímero helado de pera
Oh Pearl que no llegó a cumplir su
primer año de vida en 1997 (nota a
los fabricantes: la pera no cuela como
sabor ni de helado ni de yogur ni de
mermelada). Cada uno de los 23
“finados” tiene su lápida pop, con su
correspondiente epitafio humorístico.
El cementerio se ha convertido en
una atracción turística para muchos
aficionados a los dulcísimos helados
de Ben & Jerry. Los nostálgicos tienen
la posibilidad de “resucitar” alguno
de los sabores allí enterrados, un
guiño de la empresa a la moda
zombie que todo lo impregna en este
desabrido siglo XXI.

Fuente: cooking ideas