29/1/12

HISTORIA DE LA HERMANDAD MASÓNICA (PARTE 10)

LA REVOLUCIÓN
NORTEAMERICANA.
A pesar de que alguna vez se ha
comentado, no existe noticia del
establecimiento de logias masónicas en
Norteamérica antes de la GLI. Despues
de 1717, la Gran Logia exportó la
masoneria a las Indias Occidentales
como habia hecho en el continente
europeo, tarea que giró en torno a la
creación de logias militares, aunque,
rapidamente, comenzaron a estar
formadas por otros estamentos
sociales.
Las ideas de libertad proclamadas por
la Masonería prendieron rápidamente
en las trece colonias inglesas del Norte
de América. Muy pronto las Logias
Masónicas de aquel territorio, en aquel
entonces de composición social muy
distinta a las de Inglaterra, se
convirtieron en el foco y cuartel
general de la revolución naciente
contra la dominación de la Corona
Británica en sus colonias del nuevo
continente.
El primer chispazo de revolución en
Norte América se planificó, en 1773, en
una placentera taberna de Boston
llamada "El Dragón Verde" (Green
Dragon). Allí se reunía la Logia
Masónica de San Andrés, o en ingles
Saint Andrew.
La dureza de la corona inglesa a sus
colonias había alienado a los
pobladores, y la sumisión de ellos,
estaba llegando a su clímax; pero no
había un liderazgo que emprendiera
una organizada revolución. La decisión
de los ingleses de excluir las colonias
del negocio del té, rebasó la cólera y la
indecisión de muchos.
Es conocido que la participación de la
Masonería llegó a ser tan decisiva en la
independencia de las colonias
británicas en Norte América, que las
principales figuras independentistas
fueron masones destacados, lo mismo
que lo fueron en casi su totalidad (sólo
excluyendo a dos) los firmantes de la
famosa Declaración de su
Independencia, del 4 de julio de 1776.
De los firmantes del Acta de
Independencia, los más destacados
francmasones eran: Ellery, Franklin,
Hancock, Hewes, Hooper, Paine,
Stockton, Walton y Whipple.
Idéntica condición compartían nueve
de los trece delegados que rubricaron
los artículos de la nueva
Confederación: Adams, Carroll,
Dickinson, Ellery, Hancock, Harnett,
Laurens, Roberdau y Bayard Smith, así
como también los firmantes de la
Constitución Estadounidense: Bedford,
Blair, Brearley, Broom, Carroll, Dayton,
Dickinson, Franklin, Gilman, King,
McHenry, Paterson y Washington.
La gran mayoría de los congresistas
que ratificaron dichos acuerdos eran
igualmente miembros de la hermandad
masónica, lo mismo que prácticamente
la totalidad de los altos mandos del
ejército republicano que combatió a las
tropas realistas de la metrópoli inglesa.
La influencia de la francmasonería se
haría patente desde el principio en
todos los ámbitos del incipiente nuevo
Estado, modelando sus componentes
ideológicos y políticos e inspirando
buena parte de su simbología y mística
patriótica.
Inmediatamente después de proclamar
la Declaración de Independencia, el
Congreso Norteamericano reunido en
la ciudad de Filadelfia adoptó una
resolución encargando a tres
destacados y dilectos hermanos
masones John Adams, Benjamín
Franklin y Thomas Jefferson la
confección del sello oficial del nuevo
Estado. A tal efecto, cada uno de los
tres miembros del comité sugirió un
diseño para el sello de la Unión.
Jefferson propuso una imagen que
representase al pueblo de Israel
marchando hacia la Tierra Prometida.
Franklin proyectó una alegoría en la
que aparecía Moisés conduciendo a
los israelitas a través del Mar Rojo.
John Adams, por su parte, se inclinó
por un tema de la mitología griega que
representaba a Hércules.
Durante la revolución norteamericana
se considera que se usó por primera
vez con un sentido político el trilema
masónico: LIBERTAD, IGUALDAD,
FRATERNIDAD, el mismo que pasaría a
la historia de la humanidad, por ser
luego adoptado a través de los
franceses como lema principal de su
revolución y en su futuro escudo, al
estallar ésta pocos años más tarde, es
decir un 14 de julio de 1789.
La plasmación plastica de las ideas
masónicas llegará al extremo con la
creacion arquitectonica de la ciudad de
Washington, la Nueva Roma,
construida acorde con el gran futuro
que esperaban edificar para la nueva
nación. Asi esta ciudad esta diseñada
de acuerdo con una planta urbana
masónica, que se vería reflejada en
determinados puntos muy concretos
de la ciudad: especialmente el
capitalio, pero tambien, el Masonic
Memorial y la Casa Blanca.