29/1/12

HISTORIA DE LA HERMANDAD MASÓNICA (PARTE 5)

EL DUQUE DE
WHARTON Y LA 1ª BULA PAPAL
Con las Constituciones de Anderson se
hace constar, de modo simbólico, que
ya no será la catedral el templo a
construir, si no que el edificio sera la
humanidad, en honor y gloria del Gran
Arquitecto del Universo (G.A .D. U.).
Ahora la piebra a pulir sera el ser
humano.
La masonería se convierte en un lugar
de encuentro para hombres de cierta
cultura, con inquietudes intelecturales,
interesados en el humanismo como
fraternidad y con una visión tolerante
de la religión.
En estos primeros años destaca
sobremanera Philip Wharton, Duque
de Wharton, noble ingles nacido en
1698,que, siin haber sido maestro de
su Logia -la Logia "King's Arms" cerca
de la catedral de San Pablo, en
Londres- se las arregló para ser
elegido sexto Gran Maestro de la Gran
Logia el 24 de junio de 1722. Estuvo en
el cargo dos años, firmando las
Constituciones de 1723.
A partir de esa fecha, ya que dimitió a
finales de año, no hizo mucho más en
Inglaterra aunque constituyó la
primera logia en suelo extranjero que
figura en los archivos de la Gran Logia
de Inglaterra: la primera Gran Logia de
Francia, dando inicio a la conflictiva
historia de la orden en el pais galo.
El mismo año fundó la primera logia
española, la Número 50, "French
Arms" (Armas francesas), en la calle de
San Bernardo, Madrid, de la cual llega
una solicitud de reconocimiento que
fue recibida el 17 de abril de 1728 y
concedida el 27 de marzo de 1729, casi
seis años después de que el duque de
Wharton hubiese dimitido como oficial.
(posteriormente sería la logia No. 1 del
Gran Oriente de España). La logia de
investigación de la Gran Logia de
España lleva hoy su nombre.
El 28 de Abril de 1738 se publica la
bula In Eminenti, del papa Clemente
XII: solo quince años despues de las
constituciones, y solo diez despues del
desembarco de la masoneria en el
continente. El papa impone la pena de
excomunión latae sententiae, sin que
sea necesario declararla en cada caso
particular, simplemente por el hecho
de participiar en cualquier modo en
una de estas sociedades, afectando
esta imposición a "todos los fieles de
Jesucristo, sea cual sea su estado,
grado, condición, rango, dignidad o
preeminencia, seglares o clérigos,
seculares o regulares".
A partir de entonces los tribunales de
la Santa Inquisición juzgará casos de
Masonería. Comienza aqui la
persecución cruel y despiadada contra
los hijos de la viuda, que se verán
obligados a mantener sus actividades
en secreto y a trabajar con discreción.