3/8/12

GENIOS

Los genios son criaturas fantásticas de
la mitología semítica. Su carácter es
amoral e irreverente, pueden ser
bromistas y embaucadores, pero no
siempre son dañinos para el ser
humano. La palabra
proviene del árabe yinn.
En la antigüedad, los genios eran los
espíritus de los pueblos que habían
desaparecido, que salían por las
noches para molestar y se escondían
al amanecer. Para otras mitologías, son
seres de fuego. Para todas las
tradiciones, son criaturas con
cualidades de duendes, que pueden
ser benéficos o dañinos para los
humanos. El Islam tomó parte de estas
creencias antiguas, que subsisten hasta
nuestros días. El Corán denominó con
este nombre a muchas manifestaciones
diferentes de los países islámicos. Un
genio puede protagonizar prácticas
mágicas (para los pueblos de origen
mazdeísta), ser un ladrón nocturno, o
un tentador del desierto (para los
tuareg), en la India son invasores del
hogar, que deben ser expulsados con
una ceremonia del Corán. En el Islam
consideran a los genios como seres
creados con fuego sin humo, con libre
albedrío, que pueden obedecer a Dios,
a Iblís, al demonio.
Son la tercera raza que Dios creó,
además de los ángeles y humanos. A
diferencia de los ángeles, comparten el
mundo físico con los hombres y son
tangibles, pero pueden tomar
cualquier forma o ser invisibles.
Pueden casarse y procrear con los
humanos, tanto que la legislación
islámica medieval regulaba los
casamientos de genios y humanos y
todos los aspectos relativos. Aunque
muchos pensadores medievales
musulmanes dudaron de la existencia
de estas criaturas.
En las zonas rurales musulmanas, se
mantiene esta creencia y aparecen en
la literatura popular. En Occidente se
conocen estas criaturas, pero sobre
todos las malignas como el Ifrit, que
figuran en los cuentos de “Las mil y
una noches.” Son una especie amoral,
pero no imprescindiblemente
malignos, pero suelen ser bromistas y
embaucadores.
Los genios pueden ser invisibles o de
formas cambiantes, pueden ser
animales, o mujeres hermosas que
seducen a los hombres para quitarles
la energía, similares a los súcubos.
Pueden ocasionar la locura, atravesar
paredes y seres vivos, desplazarse a
grandes velocidades, convertirse en
seres humanos y suplantar a familiares
y conocidos. Normalmente son
invisibles para los humanos, para que
los hombres no se relacionen
normalmente con ellos.
Se organizan en jerarquías y dinastías.
Es posible dominarlos mediante un
objeto, para convertirlos en esclavos.